lunes, 23 de marzo de 2009

LA JAURÍA HUMANA


Título Original: THE CHASE
Director:  Arthur Penn



Un comisario (Marlon Brando) y un reo (Robert Redford), dos antagónicos dentro del  sistema carcelario y de orden público, son víctimas de la furia incontenible de los habitantes de su localidad; no es un una furia popular, empero; no se trata de un pueblo alzándose  contra las injusticias sociales; se trata de un pueblo alucinado que pide con consignas de odio la supresión de lo que queda de justicia. Es un pueblo alienado, es un pueblo perverso,  es  el imperio de la ruindad. Es un distrito petrolero…


 Las relaciones de producción son tan comunes, tan cotidianas, que  algunas escenas pueden llegar  al hastío: El propietario de la petrolera maneja todos los hilos del poder, como habría de suponerse, toda la administración pública es corrupta, como habría de suponerse, los bancos se inflan de orgullo con la plata de los pobres, como habría de suponerse,  los usureros pululan  succionando la sangre anémica de los expoliados, como habría de suponerse, los negros son blanco del odio racista, como habría de suponerse, las esposas de los puestos burocráticos medios son arribistas y detestan a sus maridos, como habría de suponerse, todo el pueblo es alcohólico, como habría de suponerse, la juventud vive los acontecimientos de moda, viendo injusticias, sin inmutarse, como habría de suponerse, todos tienen un deseo insaciable de violencia sin fin, como habría de suponerse.


 
Es el capitalismo, es el Estado de Derecho, es la democracia demo liberal, donde cada cual  sabe ocupar su puesto, los de arriba, arriba, los de abajo, abajo, y los demás en el medio, unos tratando de alcanzar a los de arriba y otros pisoteando a los de abajo, y en línea transversal, el lumpen, degradándolo todo. mientras unos adulan a los poderosos, una mujer ( Jane Fonda) huye con sus dos amantes…huyen de la jauría...

 
 
 Es una historia de clases, contrarias, no cabe duda; en este filme el paradigma Marxiano es incontrovertible, pero son clases sin conciencia; clases que no han entrevisto la necesidad de  vivir con dignidad. Es una sociedad descompuesta, neurótica e histérica, vil…

 
 
 
 
 Ellos buscarán liberarse de sus almas putrefactas, querrán purificarse, purgar sus culpas infernales,  pero no  servirán a la sociedad, no obrarán conforme a un  ideal de justicia, igualdad y solidaridad. No; ellos desatarán el infierno  mismo contra los justos; el pueblo arderá, una lluvia de fuego caerá, pero en esta ocasión no será Dios quien la envíe, será una borrachera demencial la encargada de  catapultar  las bolas de candela. Es una escena inolvidable.

 
 
 
 
 
 Es una descomunal proyección social- en su acepción psicológica- todos, capitalistas, trabajadores, funcionarios y marginados se unen espontáneamente  para acabar con cualquier atisbo de verdad, de honestidad. Ven sus perversiones en los cuerpos de dos hombres justos: un inocente presidiario en fuga y un comisario que se empeña en proteger su vida, y en hacer saber  que su conciencia no tiene precio. En términos más coloquiales, la proyección consiste en  “ver la paja en el ojo ajeno”. El odio dirigido hacia los justos  se torna en un ritual exorcista, que no en vano, deviene en orgiástico carnaval, en un rutilante triunfo de la muerte sobre  los valores humanos. Sus  almas podrán descansar en paz.

 
 
 El guión torna explícitos los desmanes del capitalismo, y el oprobio del “american way of life”. El sueño americano se transforma en pesadilla y todo cuanto de  ominoso existe en la ideología burguesa, se pone al descubierto. Resultan muy similares los personajes, las situaciones y el trasfondo a lo narrado por el escritor norteamericano WILLIAM FAULKNER, en su obra “SANTUARIO”; en ésta novela, los mártires son un abogado honesto y un presidiario inocente, y  tal como sucede en “The Chase” el pueblo quiere “quemar”  la inocencia, y desmoralizar al justo.

 
 
 Pero, con todo, la cinematografía  y el desarrollo del guión no son tan frenéticos como cabría suponer. Es una película de personajes, y tal vez por ello, el director se toma su tiempo para exponerlos de forma serena, jugando un poco con la rutina.


 

 
Sin duda, esta joya cinematográfica de los años 60 del siglo XX, ha sido infravalorada  por los críticos de la historia del cine, porque ni siquiera brilla en los prontuarios de hazañas de Marlon Brando, quizás porque pertenezca a ese período en el que -se dice- el rebelde se negaba a actuar bien.
País: EEUU
Año: 1966

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