lunes, 14 de diciembre de 2009

FRANCISCA

¿De qué lado estás?

La represión de Tlatelolco no pudo empañar la lucha revolucionaria. La juventud, los obreros y campesinos mexicanos no callaron ante la ignominia.; la consigna  se extendió de los muros de la UNAM a todos los rincones de América: " hay que odiar con amor revolucionario". Este film narra la forja,  las desventuras, símbolos y contradicciones  de un grupo de jóvenes revolucionarios y su amor hacia la humanidad, perseguido implacablemente por las huestes del "orden" , con sus espías -tiras- , con su control asfixiante,con su diario bombardeo de miedos, con su guerra sucia contra el libre pensamiento...corre el año de 1971.

"Francisca" está dividida en dos planos escénicos y narrativos muy bien delimitados: la ciudad, en la primera parte, y el campo en la  segunda. Las calles y muros, el smog y los debates políticos vivían un febril momento citadino; la entusiasta vitalidad  de los rebeldes universitarios, arropaba con sus símbolos libertarios la gran urbe. La aparente inminencia de una transformación revolucionaria de la sociedad parecía imprimirse en los códigos de interrelación dentro de un grupo de estudiantes rebeldes, cuyas arengas no dejaban lugar a dudas  acerca de su compromiso, consecuencia y entrega  con y por la liberación de su Pueblo. Sin embargo, los lazos de fraternidad que pugnaban por una mejor sociedad  eran amenazados por una respuesta institucional  que se valía del terror  y  el juego sucio para desintegrar  la agrupación; una guerra sucia,donde el miedo como munición se estrellaba contra las utopías de los jóvenes. La tortura y la muerte se erigían como "reprimenda" contra los malintencionadamente etiquetados como " antisociales". Al grupo revolucionario  llegaría un extranjero portador de una arma psicológica para sembrar la desconfianza, el temor y lo que pareciera una paranoia colectiva; los jóvenes hallarán pruebas para verificar que sus temores no son infundados...

Para la brutal inteligencia del Estado es menester eliminar  a los estudiantes; para Helmuth, el infiltrado en su organización, empero, sería apropiado persuadirlos para que abandonen la lucha , a fin de solucionar su conflicto ético. Él, proveniente de Alemania del Este, ha sido reclutado a la fuerza por el organismo de inteligencia  mexicano y constreñido  a convertirse en " tira" ( espía) muy a pesar de su historia, marcada por procesos  políticos similares a la de los jóvenes universitarios. Cuando el amor  entre  como viento huracanado en los espacios de debate político, Bruno( identidad falsa de Helmuth),se hallará  de pronto en una encrucijada, que sólo la valentía y arrojo de su amada podrán  esclarecer...aunque no de forma definitiva.

En el filme hay un límite preciso que  da cuenta de un escenario de lucha  envuelto en similares consignas pero contrastado  notablemente por su crudeza telúrica; la muerte da cuerpo a esta frontera. Al huir de la ciudad después del homicidio  de uno de los integrantes del grupo, Bruno y compañera se adentran en la vorágine de una represión atroz, gobernada  en  la vasta región rural por los Terratenientes y sus  matones; por la miseria  y la esclavitud; por las condiciones de vida campesina, agrestes, infrahumanas. En el campo, la creatividad revolucionaria se desvanece  en medio de  la ausencia de garantías legales, en el imperio del más fuerte. La ley es la voluntad de los ilegítimos propietarios; no hay posibilidad alguna de denunciar los atropellos. El colorido de los murales y el sonoro voceo de los cánticos irreverentes, quedan  fulminados en estos escenarios rurales; en la desesperanza tostada de la piel de los niños hambrientos, aunque otro pintoresco colorido, se aplauda en una que otra feria popular.

El hastío del  miedo  constante se trunca en la verdad de un momento trágico; el espía que optó por perseguir  sus ideales y abrazar los motivos de los perseguidos, de pronto se ve sorprendido por un cruento ataque de la inocencia... aquella contenida dentro de una máscara de lucha libre mexicana...

"Francisca", es un filme  que lejos de tener un tratamiento panfletario, se convierte en un obra que oxigena, sin vanas nostalgias, el cine político latinoamericano. Destacable dentro del metraje, la correcta recreación histórica, el atinado tratamiento ideológico, y la responsable investigación socio-cultural; hechos que permiten  otorgarle credibilidad a sus escenas. La mirada de Gabriel, un niño que ve sofocados sus sueños en la albores de la adolescencia, pareciera simbolizar  el ahogo de un proceso liberador que apenas comenzaba a cristalizarse. Se trata de la muerte violenta de la inocencia.... del estupro de la ternura.

País: México.
Año: 2002
Directora: Eva López Sánchez.
Guión: Jorge Goldemberg -Eva López Sánchez
Fotografía: Javier Morón
Música: Leonardo Heiblum- Jacobo Lieberman.
Interpretaciones:
Ulrich Noethen
Fabiola Campomanes
Julio Bracho
Arcelia Ramírez
Juan Ríos
Gustavo Sánchez Parra
Juan Carlos Colombo
Héctor Ortega
Eligio Meléndez.

lunes, 16 de noviembre de 2009

CORONACIÓN



LA LOCURA DE NO ENAMORARSE
Don Andrés tiene miedo de existir; siempre lo tuvo; nunca se atrevió a afrontarlo; prefirió deambular  en paseos diarios mientras cavilaba  sobre tal o cual personaje de la historia  apoyado en su  bastón de prístino  burgués para recordar su grandeza hereditaria, rindiendo homenaje a su vida disipada, la que, como sus millones, dilapidó, no por falta de cuidado, sino por exceso del mismo.  Sin síntomas aparentes , excepto su extraña preocupación por su "gordura", -creciente en su imaginación-, el neurótico Don Andrés es un hombre maduro en edad mas no en experiencias; no tiene historias ni anécdotas para contar, y de tenerlas no tendría a quien contárselas, es un hombre solo. Tan sólo frecuenta al vendedor de finos bastones y a un compañero de clase  que le recrimina el hecho de no haberse apasionado con nada en su vida: con una mujer, con una labor, con un vicio...
Te ha hecho falta  enamorarte de verdad...
Nada explica su vida fuera de los libros que lo obsesionan, los que,  constituyen su más sobrada jactancia, después de su  infaltable báculo, signo de poder burgués y artilugio depositario del legado aristócrata. Este bastón expresa una extensión de su virilidad, la que se empeña en mostrar socialmente, empuñándolo, a falta de obras que hablen de sus deseos, de sus diezmadas fuerzas, de al menos, un ápice de vida útil; es su único punto de apoyo en la vida. Andrés es un niño anciano.
"La única experiencia tal a la que puedo aspirar es a la muerte"

Desde luego, la personalidad aciaga de don Andrés, no responde necesariamente a su voluntad: Envolviéndolo como tornado de humo asfixiante está su abuela, una anciana corroída por sus prejuicios de clase y que pasa sus últimos días  aferrada la opulencia de tiempos pasados, donde según ella todo era ordenado y puro: no habían revoluciones. El desprecio evidente a su nieto solterón, cruzado con un amor agobiante hacia el mismo, hace inferir una educación castradora en el niño Andrés, niño que insiste en frenar  el  bienestar psíquico del viejo Andrés; de hecho siempre se reclaman mutuamente por sus complejos; Andrés vive inmerso en su infancia, preso en las culpas que con refinada represión instaló la matrona burguesa en su imaginario y que ahora le enrostra la foto de su niñez:
"Tú tienes la culpa Andrés, estás acabado".
Son vínculos familiares herrumbrados por la culpa; es una cadena de culpabilidades que no cesa:
Andrés: "...tú tienes la culpa de lo que me pasa, vieja inmunda ¿por qué no te mueres abuela?
Pero de las tinieblas de la mansión burguesa emerge una cándida figura que si no cambiará  las disociaciones que  abordan los talantes de la abuela y el solterón, si le pondrá punto final; se trata de un elemento que no encuadra en la bajeza de las formas y rituales aristocráticos, que se sustrae a la ruindad de lo opulento; es la inocencia, que hace su entrada en los afectos de los personajes centrales, para avivarlos, aunque no de la mejor manera. La pureza de  Estela, una humilde campesina  que engrosa la lista del servicio doméstico gracias a su tía - quien ya ha tenido paciencia suficiente para cuidar a la abuela- , no logra sublimar las pulsiones de abuela y nieto; en cambio,  los deseos se desbocan en planos de la moralidad cultural de cuestionable validez, tocando tangencialmente como objeto a  la noble muchacha, pero desviados ahí, justo en el punto de tangente. Las clases minoritarias siempre se han considerado superiores a cualquier ordenamiento normativo social o cultural; no en vano son ellos quienes elaboran las leyes jurídicas en tiempos contemporáneos; así que la virginal Estela corre el riesgo de ser "pervertida" por los patrones de la vieja casona.
La cosa es así: la abuela se obsesiona con la idea de  convertir a Estela en una ladrona; para tal efecto cuenta y deja dinero suyo al alcance de las delicadas manos de la joven criada. Induciéndola al robo, esta  abuela encuentra profundo gozo en la degradación de los débiles. El placer, que según ella "es una cochinada, una inmundicia", anega su interior al poner trampas -tentaciones- a  la muchacha; rodeada de íconos religiosos, la vieja actúa como aquel demonio tentador tan vituperado en sus oraciones. Puede llamare hipocresía esta práctica, pero lo que en realidad delata este comportamiento es una mentalidad esquizoide que como todas, se esconde a sí misma, tras el velo de una supuesta " moral perfecta", habida cuenta su " superioridad" de clase.
Para  Andrés, la transparente belleza de Estela significa la oportunidad de enamorarse, pero no de alguien, sino de algo; por eso la exigua presencia de un amor que podría redimirlo y devolverle la vitalidad  que nunca tuvo para luchar contra sus miedos, lo confunde aún más. ¿Qué siente por ella? ¿Compasión?, ¿pasión?, ¿desprecio?; es muy difícil precisarlo porque Andrés todavía está atado a los sentimientos infantiles por su abuela; no ha podido liberarse de su sombra, sus emociones  no son claras. Sin embargo, puede entreverse ese no reconocimiento del amor hacia la joven, dada la disociación de su carácter; por un lado experimenta una fuerte ternura y por el otro una sensualidad desbordante; la podría tener como Mujer, pero también como hija, aunque  entiende que no la puede desdoblar; optará entonces por hundirse en sus fantasías. Llegará el momento en que no las pueda distinguir de la realidad.
 Andrés: "...ayudarla a ser feliz como en las novelas ¿ después qué? no me extrañaría que sintiera ganas de asesinarla."

Pareciera que la neurosis de Andrés, se presentara como la neurosis social de la historia mexicana, mientras que sus temores se agigantan....

Como se ha podido observar  " Coronación" está articulada en torno a tópicos psicoanalíticos que delimitan la historia, eso sí, enmarcada en un contexto socio-político de lucha de clases. La Escuela de Frankfurt y el Freudomarxismo parecen nutrir el imaginario de la novela de José Donoso- hecho que quien escribe considera más que meritorio-.Así pues, paralelo al lujo barroco de la mansión, tenemos las penurias de la clase subordinada. Mario es un joven trabajador de una tienda quien de la noche a la mañana se ve despedido sin justificación alguna; muchacho noble y esperanzado en un mejor futuro, será el primer hombre en la vida de Estela y el motivo de los celos de Andrés, quien más allá de detestarlo por ser el novio de su ingenua criada, envidia su juventud, su vigor, su valor, en suma, su equilibrio. Mario  por su parte debe soportar toda la pesadumbre moral de su familia, constituida por su hermano- vago y ladrón- , su cuñada- una mujer desdentada que sufre los maltratos de su marido- y sus sobrinos, por los cuales deberá velar.

Este trabajo cinematográfico nos muestra  a través de su peculiar ritmo narrativo- que hace recordar las películas mexicanas de Luis Buñuel- perversiones a granel, resultando empero, una sucesión de encuadres serenos como parte de una cuidada propuesta estética, lejos del efectismo que se esperaría de una historia así. No obstante, hay un par de escenas convulsas, exageradas en sus decorados y agrestes en el histrionismo de su actores; esto es comprensible porque son escenas cumbre, que vuelcan en la fotografía y en la dirección artística toda la histeria de la burguesía en decadencia. Las secuencias de la fiesta aristocrática de la abuela, donde ella y sus invitadas lucen excéntricos atuendos, sueltan carcajadas demenciales y son  protagonistas de un delirio monárquico, hablan de esa desesperación de la burguesía por aferrarse a su poder, a su gloria, temerosa de las revoluciones populares.
Así que, se muestra la perversión aristocrática/burguesa (para ellos es su refinado derecho) y la perversión del lumpemproletariado, personificada en el hermano de Mario. Hay miseria humana por todos lados; es un sistema social que se resiste a la renovación histórica.
Abuela: "¡Revolucionarios de pacotilla"( lo repite varias veces a lo largo de la película)
Las ínfulas de alteza y santidad de la abuela son al fin coronados por Andrés (viejo y niño) en imagen disociada. Después le lanzan avioncitos de papel...

 País: México
Año: 1975
Director: Sergio Olhovich
Guión: Sergio Olhovich, basado en la novela homónima de José Donoso.
Actuaciones:
Ernesto Alonso
Carmen Montejo
Segrio Jiménez
Leticia Perdigón
Aarón Hernán
Raquel Olmedo
Blanca Torres
Graciela Doring
Pilar souza.

León Plata

domingo, 8 de noviembre de 2009

LA SUERTE ESTÁ ECHADA

"Mufa: Persona que padece un extraño e inexplicable estigma, por el cual atrae todas las desgracias a las personas que lo rodean"
Felipe


Entretenida y hasta enternecedora película, signada por un halo melodramático que no siempre se plantea de la mejor manera. Algunos visos de comedia romántica - a la americana-  y pálidos tintes de cine absurdo, arrasan con su unidad narrativa sin que esto obre como proyecto del guión; es decir, no es de aquellos trabajos fílmicos que, como propuesta, rompen con el orden cronológico lineal y/o la estructura tradicional de la historia contada; aquí en cambio se ofrece un caldo saturado de trucos  y fórmulas efectistas, que termina por desestructurarlo  y por ofrecer un conjunto de escenas mal hilvanadas. Al respecto es suficiente evidencia  la secuencia en la que dos vecinos irritados por el insomnio que les produce la alarma  encendida de un vehículo durante varias noches, frente a su edificio, se arman, así porque así, de un lanza cohetes y  hacen explotar dicho automotor. Gracioso que les ha resultado, por las formidables actuaciones de sus personajes quienes con  frenéticas carcajadas se sienten liberados de un karma que los tenía al borde de la locura, pero esta reacción sólo encuentra asidero en los pocos instantes en que ambos vecinos se encontraban en el ascensor, porque  el personaje interpretado por Gastón Pauls, en esos días aturdido por el insomnio, difiere su ritmo de vida con entera serenidad y aplomo; puede decirse que personifica la sensatez de la historia. Descontando que  el bombardeo del vehículo es una acto terrorista, y que  los personajes en vez de esconderse, bajan con sorprendente desenfado a la escena del crimen, tratando de mostrar una suerte de desencuentro amoroso, esta escena, desencajada  y a todas luces caprichosa, advierte sobre la indefinición de una narrativa fílmica construida como una colcha de retazos; una diversidad sin mayor cohesión, que convoca al resultado que se ve: una amalgama de secuencias abigarradas.

Pese al "des-concierto"  que recorre palmo a palmo el cuento  ofrecido en la comedia, también aparece un planteamiento  trascendente: ¿es el destino el que mueve los pasos del hombre? ¿El hombre puede modelar su destino? La dicotomía azar/voluntad, preocupación de millones, se entreteje a través de dos hermanos; Felipe, quien  soporta o quien cree soportar el estigma del "Mufa" y otro, Guillermo, quien no obstante la mala racha laboral y personal que está pasando, mantiene su  semblante calmo, en una suerte de espera activa en la que se ocupa de conquistar una mujer, previas clases de tango.
"Bailar tango es caminar con una mujer clavada en el pecho”
A su manera, cada uno busca ayuda externa para paliar sus  cuitas, pero mientras el primero arroja su suerte a la brujería, a las " comunidades terapéuticas" para  "mufas", y libros de autoayuda,- pretendidamente científicos, pero que lejos de explicar las " leyes de la suerte", comportan un fenómeno mercantil que halla en los infortunios su redituable operación comercial-, el segundo hermano, sin preocuparse en demasía por los designios que le notifica el destino, se halla -por suerte- con un instructor de tango que actúa  como desinteresado consejero y que, sin artificio y haciendo gala de una generosidad  sin límite, propone ver y actuar dentro del tiempo teniendo en cuenta su relatividad; sólo el deseo, bien trabajado para conseguir su objeto, es capaz de  alcanzar metas.
¿vos sos de los que empujan o de los que fluyen?


Ambos hermanos tienen conflictos emocionales sin resolver, originados estos en un desgastado lazo  afectivo con su padre, quien ad portas de la muerte, los invita a un juego, que como clase didáctica los hará comprender situaciones de la vida contra las que, sin haberlas conocido a fondo, se habían rebelado. La sanación anímica, les llega - especialmente a Felipe- desde los orígenes mismos de sus  malestares psíquicos: la  irregular relación con su padre.

Se puede pasar un buen rato con " La Suerte está Echada”, aunque en rigor no trascienda debido a su indefinición; no se trata de capturar la esencia de un cuento para etiquetarlo; no es plausible reducir una película a una aséptica clasificación. El positivismo no va de la mano con el arte cinematográfico. No obstante, ver en una  misma cinta fragmentos de estilos y técnicas no adheribles entre sí, como en este caso, deja un sinsabor  tal, que al menos, le resta crédito y sustancia como para convencer al espectador, tanto más si el final es tan previsible como ramplón y si una voz en off narra de manera explícita una escueta moraleja. Impecables en cambio, resultan las actuaciones de Gastón Pauls, Marcelo Mazzarello y casi todo el elenco.

En síntesis, “La Suerte está Echada”  es un film para relajarse y disfrutar... con muchos de los agüeros, prejuicios, cábalas y supersticiones comunes a la idiosincrasia latinoamericana.

País: Argentina
Año: 2005
Director: Sebastián Borensztein
Actuaciones:
Marcelo Mazzarello
Gastón Pauls
Leticia Brédice
Alejandro Awada
Indio Apachaca
Lucrecia Capello
Julieta Cardinali
Gerardo Chendo
Claudio Gallardou
José Gallardou
Paola Krum

Trailer

domingo, 1 de noviembre de 2009

PERRO COME PERRO

Crónicas rojas de " El Caleño"
o
Venganza por Adela.


Con suma prevención  y casi que atado, para evitar que una rabieta me alejara de la silla en los primeros minutos de la película, decidí al fin verla, y  terminé absorto por el ritmo trepidante de su violencia, ensimismado y cavilando, trasegando cada calle, palmo a palmo, cada viaje, con su sociología y su misticismo, de ese gran departamento colombiano donde se entrecruzan dinámicos puertos del Pacífico , vastos cultivos de caña, mucha Salsa y desparpajo y los crímenes de bellas urbes; con sus  Carteles de la droga  pero también consu gente pujante: el Valle del Cauca.

 Víctor Peñaranda y  Eusebio Benitez, dos empleados de una organización criminal del suroeste colombiano, se ven obligados a compartir una misma habitación de un  desvencijado hotel en el centro de Cali. Allí deben esperar cada día la visita de "Sierra", personaje siniestro quien obra como chofer y guía de correrías sangrientas , bajo las ódenes del todo poderoso Jefe de las mafia: alias " El Orejón". Víctor y Eusebio ignoran, empero, que uno de esos viajes será para devorarse salvajemente entre ellos mismos, y que unas insistentes llamadas al cuarto de hotel, desligadas de su  acontecer delictivo y  perpetradas como parte de un demencial  asunto -absurdo  desde cualquier óptica- tandrán mucho que ver  en la resolución de sus respectivas historias.

"Perro come perro" se sitúa  dentro de las consabida temática que ha saturado el cine colombiano y su sobrestimado " boom" en  este decenio que está por terminar; sin embargo se sacude de esa  magra tendencia  aunando elementos cinematográficos que se apilan muy bien en el guión; una trama  cuyo contenido no es otro que la violencia social desatada por las mafias en la región Pacífica colombiana , pero que lejos de proyectarse hacia afuera - como otros films que enarbolan "íconos" de la subcultura de la narcotráfico y otras empresas criminales- estudia la estructura organizacional, así como la composición social , cultural y psíquica, de sus  entrañas mortíferas.


Es un historia urbana, con los ruidos de la ciudad, de la Cali  que supuso el devenir de la obra de Andrés Caicedo, ese narrador citadino que nos legó su revolucionaria novela: ¡qué viva la música!, en cuyas páginas nos muestra la violencia y las injusticias de los años 70 y su estrecho vínculo con la ola  de extranjeros que vinieron a consumir hongos alucinógenos y completar su éxtasis con la música Salsa. Cali es considerada la capital colombiana de la salsa, y su peculiar voseo más su  ambiente festivo, la dotan de unas caraterísticas culturales auténticas que no en vano se  intrincan en la película. Cuando el Orejón , desde un elevado piso, haciendo observar al negro Benítez  un parque cualquiera desde un telescopio, afirma que la gente no sabe dónde está parada, y que no se dan cuenta de "la calentura" , parece que indica  las razones culturales por las cuales una ciudad corroída en su diario transcurrir por crímenes atroces, de variada índole y refinada crueldad, sigue en pie, como si la gente no se percatara de las tragedias sociales, como si funcionar ocultando su sangrienta historia, o negando la realidad fulminante, fuera un paliativo para seguir existiendo a pesar de todo. Reprimir el síntoma, es decir, negar las problemáticas, es obstruir cualquier tentativa de solución; guardar silencio y esquivar verdades, parece una normativa ineleduible en el control social informal que se ha venido afincando en el hampa.

La Salsa acompaña múltiples escenas de la película; canciones de Rubén Blades, Henry Fiol, Willie Colón y hasta de uno de sus precursores, el gran Benny Moré, se convierten en piezas narrativas  que convergen con las situaciones y  el proceder de los personajes. Ello hace parte del componente simbólico con que el Director  enriquece el marco geográfico, vital para los sucesos filmados. Otro de los sustratos culturales que permiten digerir racionalmente el film, es el que bordea con su fuerza mística  cada tramo de guión; en el que pueden reconocer sus relaciones sociales muchos latinoamericanos: la brujería.


La superstición  y la magia negra,  el espiritismo y los misterios del más allá  encajan de manera poco menos que curiosa dentro del exasperante y violento realismo  que nos recuerda que en Colombia no son pocos los hombres descuartizados en vida con motosierra. Sin embargo, no bastando con  ese terror  alojado en el inconmensurable cinismo  de los matones, - a sueldo, a contrato, a destajo, con carnet, transeúntes, o propietarios, o socios de sociedades de matones-, se muestra otra realidad desconcertante que comporta elementos inasibles y empíricamente no verificables, pero practicados a diario: la santería, el " neo" chamanismo citadino sustraído de sus núcleos culturales ( práctica muy respetable en el seno de Pueblos Indígenas), y en fin, la superchería que delimita nuestro siglo XXI, en este país. En cada centro de cada ciudad, o en cada periferia, de cualquier poblado, se encuentra cada dos calles  un centro de brujería, y desde luego, cada ente y personalidad que detenta  cualquier clase de poder, cuenta con su brujo de cabecera;  cuán  cerca está la edad media.

En esta película  sobre el "mal" , se abordan muchas formas del llevarlo  a cabo sin desantender, -gran acierto-, las causales económicas de esas actividades perversas. De hecho, la línea conductora del largometraje es una bolsa con dinero, hurtada a quien antes la había hurtado de alguna manera. Aquí carece de validez el viejo adagio popular que reza: " ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón". Una ciudad cosmopolita con su sincretismo cultural, que la pone al borde de la ezquizofrenia, eso parece retratar  Perro come Perro.



Es la crónica roja  de Cali y alrededores, vertida en un diario amarillista  cuyo título obliga  a entrever el trasfondo sociológico de los episodios macabros presentados: " El Caleño". Aberrante periódico que se lucra con sevicia de la sangre que se cuela en las alcantarillas y que va presentando uno a uno los hechos truculentos vinculados a los actos de los personajes; que los conecta aún más, que los alerta, que en ocasiones obra como testimonio, de mano en mano, de lugar en lugar.


Víctor Peñaranda  se lee en "El Caleño" y ahí se siente advertido de peligros que ya conoce; con templanza y valor trata de escabullirse de su sino trágico, sin apenas una módica sonrisa, con el ceño eternamente fruncido, protegiendo su tesoro, el que arrebató sin permiso y que lo tiene al filo de la muerte; no es el mejor de los vallunos, es un matón que pugna por sobrevivir en la ciudad salvaje, con su muñequito de peluche; el que a veces obra como contenedor de una exigua esperanza dineraria. Tan bien escrito como actuado, es menester hacer mención de reconocimiento de ese gran actor Caleño,  Marlon Moreno, que en mútliples trabajos le ha rendido un tributo al arte de la actuación . Bien puede experarse que hay maestría en su labor; hacerse con la piel  y alma del inabordable Víctor, y sellar aún más ese hermetismo que opera como un distanciamento entre lo que le queda de humano y  la feroz animalidad que lo hace un sujeto rapaz, ha debido demandar, además de conocimiento y técnica, un extenuante esfuerzo   psíquico, y una templanza a prueba de guión. Así pues, mientras casi todos los personajes del cine se abren al análisis de su interior, este Víctor se empeña en negar cualquier tentativa psicoanalítica que no verse directamente sobre sus actos en las marañas criminales.; tan sólo las llamadas al celular de su compañera podrían delatar algún signo de su historia y de sus sentidos protegidos por la parquedad que lo arropa. Sin duda, es uno de los personajes mejor construidos del cine colombiano.

El negro Benítez no soporta estultas bromas sobre su raza; se siente orgulloso del ébano de su Pacífico; hundido en sus pesadillas  y en la atadura de su alma a la de un muerto, observa impotente como su vida se seca día a día mientras cumple con sus compromisos criminales. Encarnado por  Oscar Borda, este personaje  traduce el miedo paralizante que cohabita en los espacios donde se mueve. Las tinieblas de los hechizos suburbanos caen sobre él para ligarlo a desesperos demenciales, que empero le darán la oportunidad de matar la culebra por la cabeza, de extirpar las raíces de la venganza para llevárselas con él.

El Orejón, Sierra, la amante de Benítez, un indigente en las afueras del hotel, el abogado de mafiosos, el recepcionista del hotelucho,  y los perros,  todos estos personajes, van muy bien hilvanados; precisos, sin desbordarse, aunque, la sangre y la historia se desborden por doquier. La violencia explícita es tan arrojada que podría ser clasificada como cine gore, pero que  por su contexto, por la genialidad del guión, y porque lamentablemente así es la realidad  de este país, más allá de salvarse de semejante estigma, se alza victoriosa ante el olvido. Generaciones enteras ubicarán un referente del cine colombiano en Perro come Perro, como muchos lo hacemos ahora con "Tiempo de Morir", "La Estrategia del Caracol" o " La Gente de la Universal", todas estas, con una temática diferente.

A tener muy en cuenta, un elemento trascendental  para la película: las persistentes llamadas al cuarto de hotel donde se hospedan los dos protagonistas,  en procura de hablar con una tal  "Adela" . Al realismo y a la magia (que no al realismo mágico) de este film se le añade un  episodio tan absurdo como demencial , que cruzando toda la película, le asesta un golpe certero, definitivo, y hasta  burlón, a toda la trama, y por qué no, al espectador. Una burla del destino, o de una mente perturbada que sin ningún puente de sangre, sin ningún vínculo aparente, teje la historia con mayor contundencia que  las mismas balas. La esquizofrenia cultural se completa con este extraño relato, el que, otorga licencia para reir.

Inolvidable el cuadro del perro bebiendo de un charco de sange cerca de una alcantarilla, la rima de Sierra con motosierra, los perros peleándose las bolsas negras, el grafitti de la Universidad del Valle en una toma y en una noticia de "El Caleño", la contrapropuesta a este periódico por una revista alternativa: " El Clavo"  que aparece por un par de segundos mientras Víctor lee el primero; la banda sonora... en fin,  el no caer en lugares comunes e ir más alllá del realismo burdo, auscultando verdades complejas, no reducidas al palurdo colorido o la chabacanería subcultural de las mafias colombianas,  nos alerta sobre una realidad mucho más problemática de lo que la gente " que no vive en la calentura" puede comprender.


País: Colombia
Año: 2008
Director: Carlos Moreno
Guión: Carlos Moreno y Alonso Torres
Actuaciones:
Marlon Moreno
Oscar Borda
Blas Jaramillo
Álvaro Rodríguez
Paulina Rivas.
Fotografía: Gerylee Polanco, Luis Hernández
Música: Los Superlitio

TRAILER


León Plata

miércoles, 28 de octubre de 2009

CAIDOS DEL CIELO




Perú; agrietado albor de los noventa; desesperanza  urdida  por tonos de miseria. Como un  vaticinio de los lúgubres episodios del decenio, aparece una película,  armada sobre un realismo radical y sin embargo, no exento de febriles metáforas,  ni de  agudas  ironías que se cuelan como anticipo de un extraño gozo al final: la verdad; como quiera que sea, dolorosa, demencial en sus  disparos de  incisiva lucidez...la verdad descarnada y explosiva,  venciendo al falaz juego de los consuelos prefabricados.

Tres historias desgarran la esperanza furtiva  del espectador:

-Una pareja de ancianos  con un "otrora" desbordante en su fastuosa posición socio-económica , de a poco se van despojando de sus bienes para conseguir un elegante mausoleo, donde puedan  asegurar una cómoda eternidad.
- Una señora ciega, un cerdo y un par de nietos, que se inician  en el camino de la violencia social, desde el espacio suburbano  en que habitan. Excluidos y replegados en su cordón de miseria  ven germinar el crimen de sus manos como la única puerta a su libertad; como escenario de la corrupción de estos niños desvalidos siempre está presente la porqueriza; allí, la  abuela ciega  engorda un cerdo a punta del sufrimiento  de los pequeños. Terror social que se puede hallar en cualquier urbe latinoamericana; niños sin futuro, con  tortuoso y sangrante presente, niños sin niñez.
- Un  humilde locutor, quien se hace llamar: "Don Ventura"  se empeña en colmar de optimismo las vidas tristes de sus radioescuchas; más que un eslogan publicitario la frase "tú eres tu destino", es su grito de batalla para derruir los malestares anímicos de su audiencia; cree ciegamente en ella, cuando la lanza al espectro electromagnético también lanza su espíritu solidario, su confianza en la humanidad, el desagravio de su época. Confía en que este lema  secará las lágrimas de los oprimidos, sacudirá el oprobio de los golpeados, nutrirá las pulsiones de vida de todo aquel que lo escuche, evitando así horrores depresivos, intentos de suicidio, desmoralizaciones contemporáneas...

¡Ah! ¡Tú eres tu destino! nadie, nada, ninguna situación, ninguna institución, ningún revés, ninguna escasez, nada, puede corroer las fuerza de tu interior, tú eres tu motor, tu libertad, en ti están las respuestas,  ¡vive! ¡sé feliz!

Pero...

Como si la película quisiera  demostrarnos que la esperanza consiste en esperar, y que las ruinas de los tiempos  no dan espera; que hay que ir  sonriendo por el mundo pero a la vez mirar así sea de soslayo, la miseria que orbita al gratuito optimismo... el espectro electromagnético se tiñe de sangre y desconsuelo.

 Tras sentir asco por la mujer de la cual se ha enamorado después de salvarla del suicidio y  luego de   la infructuosa tarea de despertar en su ser las pulsiones de vida que habrían de alzarla  triunfante sobre su mar de odio y frustraciones - el mismo  en el que la encontró a pocos pasos de negarse la vida-, nuestro optimista locutor, entiende que nada se soluciona con las visiones rosadas de su derredor, si no hay unas condiciones mínimas de dignidad. Rebasado por el filoso abrazo de la realidad, nos sorprenderá a todos, un día de esperanzas pegadas a la radio, con  entrecortado aliento, borrando  su oración de combate con su  ahora resquebrajada voz ..." tú eres tu destino" sale del aire...


Justo en la época en que se presenta "el boom" de  la literatura de auto ayuda, de los libros  de auto superación, del "new age" de la veneración de lo incorpóreo, en fin, en los albores de  la era de la superchería y la negación de la realidad, salta este film , previniendo un poco, clamando por al menos, un conato de razón en medio de tanta alienación. Con la sencilla metáfora de la estación de radio con humilde y bonachón locutor, podemos estar seguros del rol distorsionador de la realidad de los mass media y de su  poder  sobre las mentes; medios no bonachones, por supuesto.

"...pero si les dices que la vida es una mierda se nos van todos a otra radio."

El complejo sarcasmo que nos trajo Lombardi, no deja piedra sobre piedra, en su  delicado  intento  de rasgar los velos que encubren la realidad, con su fealdad, con su horror, con su sevicia, con el asco que despierta... con sus paradojas, como las que, prescindiendo de retratos fríos y deslucidos, nos ofrece " Caídos del Cielo".

Hacer de la fealdad una preciosa joya del cine latinoamericano,  merece más de un halago, más de un aplauso, pero aún más, hacer de las paradojas sociales  una  irónica invitación a despertar, al despertar de las conciencias, amerita librar este título de las listas del olvido....

TRAILER


ESCENAS


 



País: Perú
Año: 1990
Director: Francisco J. Lombardi
Guión: Augusto Cabada y Giovanna Pollarolo
Música: Alejandro Masso
Fotografía: José Luis López Linares.
Reparto: Gustavo Bueno, Marisol Palacios, Elide Brero, Carlos Gassols, Delfina Paredes, Rafael Garay, Nelson Ruiz, Mónica Domínguez, Hernán Romero, Alberto Benavides, Jorge Quiñes, Ruth Revoredo, Jorge Rodríguez Paz, Nelson Ruiz, Gilberto Torres

miércoles, 7 de octubre de 2009

IL POSTINO


 POEMA  A LA VIDA
Carta al Cartero
(Escrita en 1996)

(A  Radford, a Troisi, a Maria Grazia, a Noiret, a Skarmeta ...)

Seis letras resumen el film, seis suspiros que elevan a canto la inmensidad del mar; Poesía: magia de lo que es y de lo que intenta ser. Colores grisáceos que se confunden con la brisa salina; palabras ahogadas en el espejo de lo cotidiano, de todo aquello que se convierte en rutina...
Y en medio de todo, la amistad; ese lazo inexplicable que une a dos seres, a dos hombres con diferentes modos de ver la vida pero que en el fondo se identifican en el núcleo de su esencia.
Es simplemente la vida de un hombre. El roce incesante con lo inmediatamente posible. Es simplemente un acontecimiento, aquel que un momento dado marca caminos y  encuadra pensamientos.
Y en medio de todo, el amor; ese amor puro y simple que hipnotiza el alma. Es esa mirada ingenua  que todos, alguna vez, lanzamos al horizonte.
Y en medio de todo, el desencuentro; es ese sabor amargo de las caricias del olvido: Es la dulce nostalgia que atormenta suavemente el alma a través del sin sabor de los recuerdos; es ese instante perdido e irrecuperable, ese sentimiento vacío en medio de la gloria. Es grabar  el sonido del firmamento y otorgar el más bello sentimiento a través del silencio...
Es "El Cartero", aquel hombre que se limitó a  los pedaleos monótonos  de siempre en la misma línea; aquel que odió la tradición del pescador porque causaba resfriados; aquel que en un cuaderno no pintó más que una luna, aquel poeta de la vida que superó el contenido de cualquier libro y cualquier reconocimiento...
Y luchó, sintió, llamó a su hijo Pablo, como el poeta y notificó la aparición de un testamento de olas y poemas...
Poesía simple y cotidiana.
Palabras de unos ojos tristes y melancólicos; misterio y magia, mar y Beatrice; poeta y poeta...soledad de un destino feliz a pesar de la muerte...

Bucaramanga, Colombia, una noche de 1996.
León Plata

TRAILER ( en inglés)

ESCENAS DE BEATRICE Y METÁFORAS


Dirección: Michael Radford
Año: 1994
Duración: 148 min
Interpretación: Philippe Noiret , Massimo Troisi , Maria Grazia Cucinotta
Guión: Giacomo Scarpelli, Massimo Troisi , Anna Pavignano,
Michael Radford , Furio Scarpelli Basado en: Ardiente paciencia (novela), de Antonio Skármeta
Música: Luis Enrique Bacalov
Edición musical : Esterno Mediterraneo Film
Fotografía: Franco Di Giacomo
Montaje: Roberto Perpignani
Vestuario: Gianna Gissi
Productor Ejecutivo: Alberto Passone



domingo, 27 de septiembre de 2009

PADRE E HIJO

Tan prolija como desconcertante; así se arma esta otra joya artística de Alexander Sokurov. Su logrado trascendentalismo, esta vez campea en los subterráneos de una relación filial; la unión de un padre con su hijo, personificada, con vida propia, se alza como conductora y protagonista de esa indagación metafísica que resulta ser el guión. La narración fanstasmal es  la fuerza propulsora de la belleza escénica y fotográfica, como en otros  films pulidos en  preciosismo del megalómano director. Los tonos ocre de la fotografía suman razones para sentirse extasiado con la fuerza estética de la película; con la contemplación de un oficio estético que sublima , que invita a trasegar por unos sentidos al borde de la santificación. Otra cosa son las pulsiones, cuyo laberinto vertiginoso  se intenta también tornar  sublime. Los lazos afectivos  de padre e hijo son  tan férreos y cálidos que en múltiples escenas  en las que éstos se prodigan una suerte  de irrebatible e inmortal amor, llegan a provocar otra suerte de rebatibles sospechas sobre límites morales-sexuales-culturales transgredidos. El padre, un sujeto atlético y bien parecido, protege a su hijo, que orbita la mayoría de edad, sobremanera; ambos juegan, ambos se lanzan miradas de aguda complicidad, ambos quisieran inmortalizar sus abrazos y caricias. A menudo funden sus cuerpos de olimpiada en prolongados abrazos surcados por lágrimas y besos dilatados, al tenor de la magistral música compuesta por Andrey Sigle; sin duda hay un culto al cuerpo, una fórmula tal vez exhibicionista, que sin embargo se adivina  más que como artilugio, como un alegato en favor de la sensualidad mostrada entre padre e hijo. Empero  en los viejos edifcios  en que se tramitan los aconteceres que fundan  el film, no hay lugar a errores; Sokurov no incurre en desmanes azarosos, quizás sea este el elemento más criticable en su cine: su perfeccionismo descollante aunado a sus excelsas pretensiones estilísticas. Así que la sensualidad, está planificada como ese no ser sexual, como ese instersticio que impide a Padre e Hijo  desbordar su sentimientos, sus afectos, en suma sus actos de entrega.

"El amor de un padre crucifica y un hijo que ama se deja crucificar"

La pulsiones eróticas de estos modelos  que el Director talla con cuidado detalle, son innegables, pero dudo mucho que a él le guste esta mirada, porque siempre intenta  brindarle existencia independiente y perpetua a las sensaciones. Es un artista apologético y conservador, en sus obras no hay tiempo medible, no hay instituciones  a criticar, todos los recorridos de la cámara sólo delatan el sino vaporoso de su majestuosos campos donde la acción queda inhibida por lo absoluto. En Padre e Hijo, ese absoulto es el amor filial, que sin embargo  halla sus propias fronteras, más bien las contruye, so pena de contrariar un orden armonioso y eterno, evidenciado en la espiritualidad. Esta es una espiritualidad que pugna con lo animal, es decir con lo perecedero, con lo mortal.

Algunos podrán precisar que entre líneas, esta historia aborda de manera habilidosa, los menesteres de una convivencia homoerótica, pero tal vez el Director replicaría que el erotismo es esencial , que se encuentra en el aire y que desciende del éter ...palabras puestas en la boca de un cineasta que ciertamente constituyen un abuso por parte de quien escribe, pero que explicarían por qué ese más allá de la ternura entre los personajes principales aparece rodeado por ese halo de incuestionable legitimidad; por esa  empalizada que dota de inmudidad  la idealización de dos modelos, si no para seguir, sí para mostrar en prestigiosos festivales de cine.
La enamorada del Hijo por minutos templa la película, señalando las tentaciones de ruptura entre Padre e Hijo: la partida de éste, y cierta culpa que sobre él se cierne al considerar su acto de independencia como una resolución de abandono y desagradecimiento. Para el padre, las intentonas de despedidas se le aparecen como la pérdida de su fuego interno, ese fuego que le permite juguetear con su hijo en los aires de una antigua azotea.
En un extremo intrincado en la mística relación paterno filial, aparece un joven  afanoso en su misión personal por hallar sus orígenes; es un hijo sin padre, que al buscarlo por doquier, denota las fátigas anímicas que puede soportar un hombre si en su imaginario no ha existido la figura de un Padre o más aún,  si lo que ha   se ha experimentado es precisamente la carencia de ese amor etéreo,consagrado, enérgico y  entregado.
"Sí, tú tienes un padre.Pero ni siquiera te envidio"

Habría lugar para las miradas psicoanalíticas del filme, porque con toda su atemporalidad  y con toda la ausencia de contextos y marcos referenciales , es evidente un curso onírico en la narración y en la fotografía, además del  relato psíquico  en torno al amor por el padre, que bien podría brindarnos el Hijo; pero que bien o mal, no lo hace.

Aunque hay líbido por todos los rincones de la casa de Padre e hijo, por todos los campos, por todos los lugares , aunque los mal pensantes observen y anoten encuentros lascivos entre los personajes; aunque  se puede organizar un congreso internacional de psicoanálisis en torno a esta película...en fin, aunque  tanto amor apasionado resulte por lo menos inquietante y por lo más perverso, Sokurov  nos narra el cuento de lo sublime sin dinámica psíquica , de lo inmutable, de lo eterno, haciendo probable que el espectador le crea...y es esto todo un lío: creerle a la magnificencia idealista de Sokurov,  y aparte , no sentirse  aturdido por tanto esplendor , es por lo menos un motivo de resaca moral para cualquier mente abierta. Pero ese grandilocuente Director  muchas veces lo logra, y eso per se, es un motivo de honda preocupación para quienes nos jactamos de seguir  a Lars Von Trier, a Haneke, a Vinterberg, etc. y de poner en nuestras listas personales a "FESTEN"  entre los primeros lugares.

Habrá que perdonar a Sokurov por hacer un cine tan bello; se podrá hacer si se recuerda que Dostoievsky dijo alguna vez que el alma Rusa es tan vasta como sus tierras...

Escenas

Trailer
Ficha técnica:
País: Rusia
Año:2003
Director: Alexandr sokurov
 Otra película de Sokurov: EL ARCA RUSA
Guión: Sergey Potevalov
Música: Andrey Sigle
Fotografía: Alexandr Burov
Raparto: Alexandr Rasbash
Andrej Shetinin
Alexei Nejmyshev
Martina Zasukhina
Fedor Lavrov

jueves, 3 de septiembre de 2009

ILUMINADOS POR EL FUEGO

“Al comenzar a
rodar, 290 veteranos
se habían quitado la
vida. Hoy, la lista
llega a los 320”
TRISTÁN BAUER
Película argentina que entre sus temas aborda: conflictos emocionales generados por la guerra de las Malvinas, las inhumanas maniobras de la dictadura para exacerbar el patrioterismo como forma de control social y sencillamente, la amistad como forma de supervivencia.
Un excombatiente de la guerra de las Malvinas, perseguido por recuerdos ominosos de la misma, como todos los soldados, se enfrenta a las imágenes del conflicto con los ingleses, latentes a través de un amigo suyo, compañero de armas y de horrores, en su lecho de muerte. A Esteban no le va tan mal, ahora es periodista y ha sido capaz de sufrir su dolor sin autodestruirse; la mayoría no corrió con la misma suerte: muchos, alterados por los traumas de las Malvinas, se desenamoraron de la angustia por la vía del suicidio.
Esteban, el personaje principal, interpretado correctamente por Gastón Pauls, lo precisa: “Se habían suicidado más de 290 ex combatientes. La cifra de soldados suicidas se equiparaba con la de muertos en la isla durante la guerra. Me llamaba la atención algunas fotos publicadas en la prensa amarilla. Allí aparecían los rostros y cuerpos con la marca del suicidio”. La crueldad de la guerra se insertó en las almas de los partícipes a manera de trauma y el Estado que los obligó a convivir con la muerte, los abandonó a su terrible agonía; tema recurrente en varias películas, lugar común tratado desde variadas ópticas. Aquí la particularidad está dada porque los jóvenes soldados que combatieron, son víctimas no tanto del ejército enemigo sino de su propios “padres” patrios, perversos agentes encarnados en la figura de los mandos militares que condujeron las tropas argentinas hacia el desastre de la guerra de las Malvinas.
En su texto “Derechos Humanos y Psicoanálisis”, MARCELO VIÑAR anota en torno a las consecuencias anímicas de episodios sociales violentos que:
llaman “trauma puro” a la desorganización psíquica producida por la violencia del acontecimiento que al principio se produce por una angustia masiva, una experiencia apenas comunicable, porque la confianza en el otro está destruida y el interior es desolación y desconsuelo.


Algo similar han debido experimentar los soldados de las Malvinas a su retorno a suelo continental. “Imaginé que nos recibirían como a héroes, con pasacalles y vítores, pero sólo me esperaba el ladrido de un perro y el abrazo de mi madre”, dice Esteban, el personaje principal.


Pero también hubo resistencia, lucha contra esa post-guerra; “el suicidio es el acto mediante el cual se liquida simbólicamente al adversario” sugirió alguna vez el filósofo colombiano marxista- psicoanalista ESTANISLAO ZULETA, y así parecieran conducirse los adolescentes héroes de su Patria (con P mayúscula pero sin tierra ni nación). Los adversarios reales no eran de otro país, empero. Los enemigos intentaron maquinizarlos, despojándolos de sus sustancia humana; quisieron que fueran inmunes al frío, al terror de las lomas iluminadas por el fuego de las bombas soltadas por el ejército contrario, inmunes a la amistad, al sentimiento.
Los enemigos se disfrazaron de padres, padres de la patria, de una patria espuria a la que no podían pertenecer ni mucho menos defender los hijos de una Argentina ultrajada, en suma, de una patria inexistente que poco antes había vitoreado a sus primeros campeones mundiales de fútbol ( 1978), un éxito que inflamó ese patrioterismo falaz ( y cuál no lo es), pero que negó las lágrimas, las velas, las marchas, los reclamos de justicia, por sus desaparecidos, ultimados, torturados, lanzados desde los aviones en alta mar.
No eran padres, eran perversos padrastros, y era a ellos, a los dictadores a quienes se vencía mientras los muchachos labraban su suicidio. Era una manera de rendir tributo a su resistencia sin saberlo quizás. Resistieron al individualismo, a la egolatría, al terror de Estado, a la mentira, a la ignominia...
Esteban, un compañero muerto en combate y otro que dejaba su historia en un hospital años después de la guerra, se protegieron, se buscaron, afirmaron cada uno su ser en “el otro”, se dolieron mutuamente, y en esa medida triunfaron contra la patria despótica que sin desearlo representaban.
Nada de lo anterior lo precisa el film; todo lo anterior se huele en el último adiós de Esteban a su amigo en la cama de hospital – adiós menos dramático de lo que cabría-; se intuye en la desesperación de Esteban ante la amputación de una pierna a su compañero en las Malvinas, en su confusión ante los gritos de dolor que se siguen agitando en su serena, o tal vez parca actualidad... Se vive en el cementerio de las Malvinas, el que osó visitar a costa de su llanto en la trinchera, ahora como periodista, nunca como militar, siempre como humano. Inolvidable escena.
Iluminados por el Fuego no es una película sobre guerra, no es tampoco una buena película sobre la complejidad de un conflicto bélico, ni siquiera es una película sobre los traumas post-guerra, pase Stone. Toca todos estos tópicos, pero realmente es, en esencia, un drama sobre la amistad, un alegato de fraternidad, una demostración del poder de la solidaridad, no entre compatriotas, sino entre “otros”. Sin “el otro”, sin “lo otro” no se puede existir; el “otro” es condición sine qua non de mi propia razón, de mi propio sentido, de mi propia existencia.
También es factible especular, o al menos intuir, la prolongación de la guerra en tiempos de paz. La guerra constante se vive en una dictadura fascista. La guerra necesaria para que los intereses anti populares que orquestaron la tiranía se perpetúen en forma de miedo, en forma de alienación, en forma de falacias. Para que la clase dominarte domine en paz, las masas deben soportar el peso de la guerra. Se trata de lo que en teoría fascista se denomina “arkanas y simulacras”; el juego de la dominación psíquica, social y cultural para mantener a los pueblos adormecidos, aletargados, sin capacidad de respuesta, con la voluntad resquebrajada, con su conciencia enajenada, con su dignidad hecha pedazos.
Como se expresa en la banda sonora: “en un país enfermo, todas las cartas sobre la mesa, jugamos juegos perversos entre fútbol y guerra...” fútbol y guerra que exaltan una dignidad nacional prefabricada, que exacerban un fantasmagórico patriotismo, que enseñan a temer, que enseñan a odiar.( aclaro, me gusta el fútbol)
La guerra cotidiana de la dictadura argentina condenó a una tortura permanente a los ex combatientes; ellos fueron sumados a los miles de torturados y desaparecidos por el fascismo imperialista. La tortura psíquica tenía que terminar a manos de quienes la soportaban, el Estado no les iba a paliar el mal. Y desaparecieron. 290 excombatientes desaparecieron, como los hijos de las madres de la plaza de mayo. Desaparecieron de la memoria colectiva, de las páginas de la historia, se inmolaron. Pero de ellos no se hablaba; su sufrimiento no fue escrito ni cuando el liberalismo se remozó en la cándida democracia de Alfonsín.
290 excombatientes argentinos en la guerra de las Malvinas fueron borrados de la historia, y he aquí la trascendencia de la película: nos los dibuja de nuevo, los revive, nos da unos sorbos de memoria latinoamericana.
Lo hasta aquí escrito es un más allá del guión, es tal vez , una abusiva excavación de las secuencias, porque la película nos presenta únicamente un pasado y un presente, un tenue flashback, una guerra y su recuerdo, narrados con un dejo de sobriedad, evitando en lo posible el patetismo que necesariamente irriga cualquier film sobre guerras.
TRAILER

Las secuencias bélicas, los aviones lanzando bombas, los soldados argentinos muriéndose de frío y de terror, las ovejas corriendo por la pradera, los atropellos de los mandos, la tortura militar, todo esto, constituye un sólido experimento cinematográfico, donde la fotografía se alza victoriosa, como infundiendo ánimo a los personajes. Una cálida frialdad -hileras de fogonazos en frío- neutraliza las escenas de los bombardeos y gratifica la vista del espectador. El presente, sin embargo, se presenta aún más desolador; no hay fuego que ilumine el hospital donde Esteban se separa definitivamente de su amigo; desde allí viaja al encuentro de su batallón enterrado en las Malvinas, donde hallará su trinchera de dolor.
Inevitable también resulta hacer mención de la banda sonora, tan ajustada al film que quizás no se pueda prescindir de la misma. Destaca la memorable canción “Para la Vida” interpretada por el crítico cantautor León Gieco.

Iluminados por el Fuego es un film de elegante sencillez; es una excusa para hablar de algo que no todos conocemos, de algo desaparecido, de una desaparición forzosa: la post-guerra en la psique de los excombatientes argentinos y la resurrección de su memoria.. Es en cierta forma, una película redentora...

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