LA LEGULEYADA COMO PANFLETO ROMÁNTICO
Erik, padrastro, madre sumisa, internado, para-legalidad.... empezaré por el final: Un joven de cándida mirada (casi estúpida), conduce su bicicleta con desaliento, aunque sus ojos delaten -intencionalmente- una esperanza melosa en un futuro justo. Punto. El cuadro resulta idealista en exceso, dejando una sensación de levedad que torna lo sublime en abierto patetismo. Punto. Rebobinemos, vamos al inicio: un joven es castigado por su padrastro por un error de etiqueta en la mesa mientras acepta sumisa y acaso estoicamente los latigazos. Punto. El cuadro resulta idealista en exceso, dejando una sensación de levedad que torna lo sublime en abierto patetismo. Punto. Conclusión: Sin prescindir del preciosismo artístico que bordea el filme, el fuerte colorido del decorado que pugna con la grisácea vida de los internos y los profesores, más el bien tratado injusto proceder de un puñado de dandys, Ondskan plantea que ante los excesos del sistema social y político, basta con acudir al sistema social y político materializado en la ley - plana y aparentemente neutral- y... punto! Nuestro azotado heroecillo, agota su exigue rebeldía en la solución de un solo aspecto de su problemática personal, acudiendo a un abogado -caricaturesco en su ánimo retador , por cierto- y a un pesado mamotreto jurídico; esto es: la leguleyada como panfleto romántico.Una línea melodramática como para ser nominada al "OndS-CAR"; estas historias de jóvenes inocentes y maltratados que sin embargo terminan por insertarse en los códigos normativos integrantes del tinglado de opresión, es del sumo agrado de la academia. Erik, se inscribió en el normativismo de su País de medio siglo XX, a través de una ley que tomada en su generalidad conserva el statu quo: el conservadurismo en planos no explícitos.
Lástima, con un poco más de pensamiento liberal, se hubiera podido hacer una obra maestra con el argumento; se pudo haber insistido en la contextualización histórica, en el origen de tanta "maldad" aristócrata, en la expresión de inconformismo... pero no se hizo. El filme da por sentada la tímida tesis de la anomia ( los conflictos son un vacío normativo, para llenarlos están las normas).
Funcionalismo entreverado con un prolijo ramillete de opciones cinematográficas, esto es Ondskan. Punto y coma, porque con todo, uno como espectador no puede dejar de valorar un buen trabajo escénico, unas actuaciones creíbles y una estética tal que a pesar de los pesares provoca pasear la historia.
Me quedo con Swing Kids y la Sociedad de los Poetas Muertos. Punto.
Título original: Ondskan- Director: Mikael Hafström- País: Suecia- Interpretaciones: Andreas Wilson- Henrik Lundström- Gustaf skarfgard- Linda Zilliacus- Jesper Salém- Filip Berg- Año: 2003.
Bienvenidos los COMENTARIOS
Me encantó tu crítica
ResponderEliminar