martes, 25 de noviembre de 2008

EVIL (ONDSKAN)


LA LEGULEYADA COMO PANFLETO ROMÁNTICO

Erik, padrastro, madre sumisa, internado, para-legalidad.... empezaré por el final: Un joven de cándida mirada (casi estúpida), conduce su bicicleta con desaliento, aunque sus ojos delaten -intencionalmente- una esperanza melosa en un futuro justo. Punto. El cuadro resulta idealista en exceso, dejando una sensación de levedad que torna lo sublime en abierto patetismo. Punto. Rebobinemos, vamos al inicio: un joven es castigado por su padrastro por un error de etiqueta en la mesa mientras acepta sumisa y acaso estoicamente los latigazos. Punto. El cuadro resulta idealista en exceso, dejando una sensación de levedad que torna lo sublime en abierto patetismo. Punto. Conclusión: Sin prescindir del preciosismo artístico que bordea el filme, el fuerte colorido del decorado que pugna con la grisácea vida de los internos y los profesores, más el bien tratado injusto proceder de un puñado de dandys, Ondskan plantea que ante los excesos del sistema social y político, basta con acudir al sistema social y político materializado en la ley - plana y aparentemente neutral- y... punto! Nuestro azotado heroecillo, agota su exigue rebeldía en la solución de un solo aspecto de su problemática personal, acudiendo a un abogado -caricaturesco en su ánimo retador , por cierto- y a un pesado mamotreto jurídico; esto es: la leguleyada como panfleto romántico.
Una línea melodramática como para ser nominada al "OndS-CAR"; estas historias de jóvenes inocentes y maltratados que sin embargo terminan por insertarse en los códigos normativos integrantes del tinglado de opresión, es del sumo agrado de la academia. Erik, se inscribió en el normativismo de su País de medio siglo XX, a través de una ley que tomada en su generalidad conserva el statu quo: el conservadurismo en planos no explícitos.
Lástima, con un poco más de pensamiento liberal, se hubiera podido hacer una obra maestra con el argumento; se pudo haber insistido en la contextualización histórica, en el origen de tanta "maldad" aristócrata, en la expresión de inconformismo... pero no se hizo. El filme da por sentada la tímida tesis de la anomia ( los conflictos son un vacío normativo, para llenarlos están las normas).
Funcionalismo entreverado con un prolijo ramillete de opciones cinematográficas, esto es Ondskan. Punto y coma, porque con todo, uno como espectador no puede dejar de valorar un buen trabajo escénico, unas actuaciones creíbles y una estética tal que a pesar de los pesares provoca pasear la historia.
Me quedo con Swing Kids y la Sociedad de los Poetas Muertos. Punto.
Título original: Ondskan- Director: Mikael Hafström- País: Suecia- Interpretaciones: Andreas Wilson- Henrik Lundström- Gustaf skarfgard- Linda Zilliacus- Jesper Salém- Filip Berg- Año: 2003.
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lunes, 24 de noviembre de 2008

lunes, 17 de noviembre de 2008

ALEXANDER


¿Por qué hasta hoy la crítica no se ha puesto de acuerdo frente a este filme?, bastaría hacer un parangón con Brave heart, para saber que ésta no merecía más reconocimiento que Alexander; Braveheart lo obtuvo quizás porque fue primero, o quizás porque narra la historia de un libertador y no la de un conquistador.
Stone, quien deja ver una película poco stoniana durante gran parte de la historia, centra su obra en dos grandes planes artísticos: el de las cruentas batallas que beben del cáliz de la magnificencia y el de las más cruentas batallas del alma de Alejandro. El primer plan suscita la inconmensurable sensación de la magnificiencia; la batalla definitiva contra las huestes de Darío, sus tomas aéreas mostrando planos bélicos de varios kilómetros, y el vértigo de sus peleas cuerpo a cuerpo, llegan a asir la genialidad. Otro tanto sucede con la batalla contra "los elefantes" de las indias, dejando, sin embargo, un cuadro tan errante como innecesario, aunque hermoso, justo al final de la misma: un caballo jactancioso frente a un elefante jactancioso. El segundo plan, el de los tormentos emocionales de Alejandro, es pieza clave de la narración fílmica, por cuanto se intenta mostrar un corazón débil dominado por la condena a la grandeza que desde antes de nacer ya purgaba el macedonio.
Héroe-antihéroe: la antítesis que intenta "stonizar" el director no llega a ser visble sin que medie un gran esfuerzo por el espectador. La razón es clara: ¡débiles actuaciones! El renombre de estrellas siempre es contraproducente en filmes pretenciosos; hay una fijación predeterminada en las figuras de la industria fílmica que termina por nublar la vista a los personajes, y de ésto no escapó "Alexander". Con sólo contemplar los ademanes de presentadora de tv de Angelina Jolie ( quién a propósito luce muy sensual con tratos edípicos hacia el hijo), y los gestos propios de cualquier chico de "Beverly Hills 90210" encarnados por el amante de Alejandro, se desdibuja el valor y el peso histórico de la trama; pero ésto también le pasó a Brave Heart y le dieron el Oscar!
Las confusiones, depresiones y crisis de ansiedad de Alejandro carecen de fuerza histriónica suficiente y por tanto de credibilidad. Lástima por Stone pero... ¡ bien por Stone!, bien porque sacude la desazón que producen sus actores, salvando el cuadro sublime-patético de la personalidad del protagonista con poco más de quince minutos de escenas oníricas, forjadas en planteamientos surrealistas, donde salen águilas de escudos, las luces se confunden, los tormentos se materializan y la dirección termina por sustituir la dudosa actuación, logrando expresar el vacío que sienten aquellos hombres cuando el poder los ha saciado por completo.
Buen intento Stone! se te agradece!

martes, 4 de noviembre de 2008

INTIMIDAD ( INTIMITÉ)


ESE OSCURO "DESEO DE OBJETO"
Estupor; eso fue lo que sentí cuando leí la pobre crítica de Carlos Boyero del Diario El Mundo. Afirma nuestro profiláctico visor de cine que la película está llena de personajes sucios, feos, todos cerdos. Pero ese no es el problema;en ello tiene razón, es eso lo que quiere mostrar esta película: personajes en crisis frente a su época que es también la nuestra.
Es el sexo explícito, que subyace como metáfora de la soledad a que nos vemos sometidos muchos en estos tiempos de competitividad y egoísmo suicida, lo que pudo haber causado un ataque de moralismo estético al ya reseñado censor del buen cine y a muchos también, no lo dudo."Y si el rollo va de sexo puro y duro, prefiero cualquier porno mediocre." (Carlos Boyero: Diario El Mundo).A él y a ellos habría que replicar con las palabras de Dostoievsky: " el miedo a la estética es el primer signo de impotencia" - me mandarán al paredón por no recordar si lo dice en Crimen y Castigo o en los Hermanos Karamazov-. Pero no me rasgaré las vestiduras; no uso mantos de seda para protegerme de la realidad; aún así existe la necesidad de afirmar que "Intimidad" no es una película sucia ni sobre estiércol mezclado con impúdico sexo... Intimacy no es un soez bodrio sobre las verdades de unos personajes lastimeros; por el contrario, respira por doquier sensaciones, sentimientos y dramas íntimos tratados con tacto y ritmo de cirujano, porque esto es lo que va de los personajes: dolorosas incisiones que escudriñan en las tinieblas de seres humanos contemporáneos y llegan a tocar el nervio de una sociedad neurótica, inflada de arrogancia para ocultar sus miedos y horrores...




 
Al internarse en "Intimidad" se asiste al encuentro de desgarradoras historias que lejos de afincar un convulso y sensacionalista discurso, van y vienen por una cotidianidad exasperante pero calma.La "intimidad" de los personajes -de todos- los coloca al borde del patetismo, como en cualquier novela de Dostoievsky, pero el espectador puede verlos como vecinos de la cuadra, como resignados amigos de siempre, o como almas heridas que siguen caminando por la obligación que tienen de vivir, o por la leve aunque estertórea esperanza que se dibuja en una que otra vacilación de su rutinario trasegar..

Y así se dibuja el arte cinematográfico de Chérau, como los aconteceres que filma, con tonalidades y ritmos sinuosos, con una cámara que vacila pero que parece incrustarse en el espíritu de cada quien, que capta todo lo que de descompuesto hay en el hombre de hoy, que se interna en el relato de crisis "nauseabundas" en la edad en la que presuntamente se debe tener un muy buen empleo, familia feliz y perro con reluciente manicure.


¿ Y el morbo? está en quien lo tenga; "Intimidad" no lo tiene: El sexo sudoroso , oliente a semen y fluidos vaginales, el común y corriente entre dos desconocidos, es solo eso: sexo, tan común y corriente a todos los mortales, que no se presta para otro propósito que para alimentar el guión y el tema:
Un hombre maduro en apariencia física sostiene relaciones sexuales esporádicas con una mujer de la cual no conoce ni siquiera el nombre. Aunque ambos han llegado a un acuerdo para no saber mucho de cada cual, el protagonista sucumbe ante la curiosidad y decide investigar la vida íntima de su pareja. Las carencias afectivas del mismo aunadas a las de sus amigos, lo impulsan a indagar un poco sobre las razones de su abatimiento moral, en la vida familiar, social y laboral de su " deseo de objeto" sexual ( Se notará que lo que menos tiene el personaje en mención es objeto de deseo ).


Las confrontaciones con la realidad de la mujer que penetra un día a la semana, con sus conocidos y consigo mismo, guiará los sucesos según su propia búsqueda: su objeto de deseo, o el deseo de desear, ni siquiera el deseo sexual, sino el deseo de Ser Humano y disfrutarlo.

Director: Patrice Chérau
Intérpretes:
Mark Rylance
Kerry Fox
Thimothy Spall
Philippe Calvario
Alastair Galbraith
Marianne Faithful
País: Francia
Año: 2001

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