ESE OSCURO "DESEO DE OBJETO"
Estupor; eso fue lo que sentí cuando leí la pobre crítica de Carlos
Boyero del Diario El Mundo. Afirma nuestro profiláctico visor de cine
que la película está llena de personajes sucios, feos, todos cerdos.
Pero ese no es el problema;en ello tiene razón, es eso lo que quiere
mostrar esta película: personajes en crisis frente a su época que es
también la nuestra.
Es el sexo explícito, que subyace como metáfora de la soledad a que nos
vemos sometidos muchos en estos tiempos de competitividad y egoísmo
suicida, lo que pudo haber causado un ataque de moralismo estético al
ya
reseñado censor del buen cine y a muchos también, no lo dudo."Y si el
rollo va de sexo puro y duro, prefiero cualquier porno mediocre."
(Carlos Boyero: Diario El Mundo).A él y a ellos habría que replicar con las palabras de Dostoievsky: "
el miedo a la estética es el primer signo de impotencia" - me mandarán
al paredón por no recordar si lo dice en Crimen y Castigo o en los
Hermanos Karamazov-. Pero no me rasgaré las vestiduras; no uso mantos
de seda para protegerme de la realidad; aún así existe la necesidad de
afirmar que "Intimidad" no es una película sucia ni sobre estiércol
mezclado con impúdico sexo... Intimacy no es un soez bodrio sobre las
verdades de unos personajes lastimeros; por el contrario, respira por
doquier sensaciones, sentimientos y dramas íntimos tratados con tacto y
ritmo de cirujano, porque esto es lo que va de los personajes:
dolorosas incisiones que escudriñan en las tinieblas de seres humanos
contemporáneos y llegan a tocar el nervio de una sociedad neurótica,
inflada de arrogancia para ocultar sus miedos y horrores...
Al internarse en "Intimidad" se asiste al encuentro de desgarradoras
historias que lejos de afincar un convulso y sensacionalista discurso,
van y vienen por una cotidianidad exasperante pero calma.La "intimidad" de los personajes -de todos- los coloca al borde del
patetismo, como en cualquier novela de Dostoievsky, pero el espectador
puede verlos como vecinos de la cuadra, como resignados amigos de
siempre, o como almas heridas que siguen caminando por la obligación
que tienen de vivir, o por la leve aunque estertórea esperanza que se
dibuja en una que otra vacilación de su rutinario trasegar..
Y así se dibuja el arte cinematográfico de Chérau, como los aconteceres
que filma, con tonalidades y ritmos sinuosos, con una cámara que vacila
pero que parece incrustarse en el espíritu de cada quien, que capta
todo lo que de descompuesto hay en el hombre de hoy, que se interna en
el relato de crisis "nauseabundas" en la edad en la que presuntamente
se debe tener un muy buen empleo, familia feliz y perro con reluciente
manicure.
¿ Y el morbo? está en quien lo tenga; "Intimidad" no lo
tiene: El sexo sudoroso , oliente a semen y fluidos vaginales, el común
y corriente entre dos desconocidos, es solo eso: sexo, tan común y
corriente a todos los mortales, que no se presta para otro propósito
que para alimentar el guión y el tema:
Un hombre maduro en apariencia física sostiene relaciones sexuales
esporádicas con una mujer de la cual no conoce ni siquiera el nombre.
Aunque ambos han llegado a un acuerdo para no saber mucho de cada cual,
el protagonista sucumbe ante la curiosidad y decide investigar la vida
íntima de su pareja. Las carencias afectivas del mismo aunadas a las de
sus amigos, lo impulsan a indagar un poco sobre las razones de su
abatimiento moral, en la vida familiar, social y laboral de su " deseo
de objeto" sexual ( Se notará que lo que menos tiene el personaje en
mención es objeto de deseo ).
Las confrontaciones con la realidad de la
mujer que penetra un día a la semana, con sus conocidos y consigo
mismo, guiará los sucesos según su propia búsqueda: su objeto de deseo,
o el deseo de desear, ni siquiera el deseo sexual, sino el deseo de Ser
Humano y disfrutarlo.
Director: Patrice Chérau
Intérpretes:
Mark Rylance
Kerry Fox
Thimothy Spall
Philippe Calvario
Alastair Galbraith
Marianne Faithful
País: Francia
Año: 2001
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