lunes, 17 de noviembre de 2008
ALEXANDER
¿Por qué hasta hoy la crítica no se ha puesto de acuerdo frente a este filme?, bastaría hacer un parangón con Brave heart, para saber que ésta no merecía más reconocimiento que Alexander; Braveheart lo obtuvo quizás porque fue primero, o quizás porque narra la historia de un libertador y no la de un conquistador.
Stone, quien deja ver una película poco stoniana durante gran parte de la historia, centra su obra en dos grandes planes artísticos: el de las cruentas batallas que beben del cáliz de la magnificencia y el de las más cruentas batallas del alma de Alejandro. El primer plan suscita la inconmensurable sensación de la magnificiencia; la batalla definitiva contra las huestes de Darío, sus tomas aéreas mostrando planos bélicos de varios kilómetros, y el vértigo de sus peleas cuerpo a cuerpo, llegan a asir la genialidad. Otro tanto sucede con la batalla contra "los elefantes" de las indias, dejando, sin embargo, un cuadro tan errante como innecesario, aunque hermoso, justo al final de la misma: un caballo jactancioso frente a un elefante jactancioso. El segundo plan, el de los tormentos emocionales de Alejandro, es pieza clave de la narración fílmica, por cuanto se intenta mostrar un corazón débil dominado por la condena a la grandeza que desde antes de nacer ya purgaba el macedonio.
Héroe-antihéroe: la antítesis que intenta "stonizar" el director no llega a ser visble sin que medie un gran esfuerzo por el espectador. La razón es clara: ¡débiles actuaciones! El renombre de estrellas siempre es contraproducente en filmes pretenciosos; hay una fijación predeterminada en las figuras de la industria fílmica que termina por nublar la vista a los personajes, y de ésto no escapó "Alexander". Con sólo contemplar los ademanes de presentadora de tv de Angelina Jolie ( quién a propósito luce muy sensual con tratos edípicos hacia el hijo), y los gestos propios de cualquier chico de "Beverly Hills 90210" encarnados por el amante de Alejandro, se desdibuja el valor y el peso histórico de la trama; pero ésto también le pasó a Brave Heart y le dieron el Oscar!
Las confusiones, depresiones y crisis de ansiedad de Alejandro carecen de fuerza histriónica suficiente y por tanto de credibilidad. Lástima por Stone pero... ¡ bien por Stone!, bien porque sacude la desazón que producen sus actores, salvando el cuadro sublime-patético de la personalidad del protagonista con poco más de quince minutos de escenas oníricas, forjadas en planteamientos surrealistas, donde salen águilas de escudos, las luces se confunden, los tormentos se materializan y la dirección termina por sustituir la dudosa actuación, logrando expresar el vacío que sienten aquellos hombres cuando el poder los ha saciado por completo.
Buen intento Stone! se te agradece!
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Anthony Hopkins, es uno de los mejores actores. Esta película no la he visto, pero lo haré. Saludos
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