jueves, 26 de marzo de 2009

TEMPORADA DE PATOS

...a mí también ME VALE PITO

¿Qué se puede esperar de esta película? La acción transcurre en un pequeño apartamento de clase media baja, los personajes son tres adolescentes y un repartidor de pizza; el tiempo es un domingo aburridor y el presupuesto es bajísimo.
No se podría esperar mucho de esta película. Y para completar la desesperanza, buena parte de la inspiración temática se extrae de una pintura de escaso valor artístico: una ordinaria lámina de esas que penden de las paredes de miles de viviendas latinas. No resta mucho qué describir: el cuadro contiene uno de los tantos y repetitivos paisajes naturales que de original nada tienen: una lagunita, algunas plantas silvestres y unas cuantas aves surcando el cielo.
Nada que esperar, es aparentemente una película sobre nada, como si cualquier persona tomara sus cámara de video y grabara su aburrimiento y al repartidor de pizza cuando llega a entregar un pedido. Pero los mejores regalos son los que no se esperan y las sorpresas siempre avivan el ánimo, y TEMPORADA DE PATOS, es precisamente eso: una caja sorpresa, que apenas se empieza a desatar, sacude la mente, haciéndola volar hacia paraísos de armonía, paz y libertad, como los pintados en esos cuadros que penden de las paredes de miles de viviendas latinas...
La original propuesta se narra a través de dos adolescentes que rehúsan pagar a un humilde repartidor de pizza el precio del encargo, y de una chica que quiere inquietarlos. Es un domingo monótono, y el fluído eléctrico se va. La pugna entre el repartidor y los muchachos marca el inicio de una provechosa tertulia , que será aderezada por unos suculentos brownies hechos por la chica inquietante. Los brownies contienen un ingrediente "mágico" que a todos desinhibe; los muchachos comienzan a descubrir su sexualidad, y el repartidor, sus sueños reprimidos tras la mampara del sub- empleo.

El repartidor adulto, libre ya de miedos y libre de ropas, ingresa al cuadro con laguna y patos, y desde allí, con serena rebeldía manda "a la mierda" a su jefe. El mundo "vale pito" desde entonces. Para todos es la primera vez: primer beso, primer encuenro con la libertad, primer alucinógeno....Si pudiera poner un subtítulo diría: "una traba muy peculiar" pero el slogan es irrefutable: ¡VALE PITO!
En un reducido apartamento , de una popular unidad residencial, un día cuatros seres comunes y corrientes descubrieron un nuevo mundo. Uno de ellos hasta viajó a él dando unos cuantos pasos, no más. El tedio de un día vacío se convirtió en teatro de operaciones para transgredir algunas prohibiciones sociales: El día dejó de ser normal para dar paso a la Temporada de Patos.
¿Qué nos dio la película? una exquisita cinematografía en blanco y negro que supo retratar lo invisible, lo onírico, mostrando el tedio de manera hilarante en un mundo "adolescente" y que demostró una vez más que el mayor capital para hacer cine, es el ingenio.
Escena

Temporada de patos
Director:
País: México
Año: 2004
Intérpretes:
Enrique Arreola: Ulises
Diego Cataño: Moko
Daniel Miranda: Flama
Danny Perea: Rita

lunes, 23 de marzo de 2009

LA JAURÍA HUMANA


Título Original: THE CHASE
Director:  Arthur Penn



Un comisario (Marlon Brando) y un reo (Robert Redford), dos antagónicos dentro del  sistema carcelario y de orden público, son víctimas de la furia incontenible de los habitantes de su localidad; no es un una furia popular, empero; no se trata de un pueblo alzándose  contra las injusticias sociales; se trata de un pueblo alucinado que pide con consignas de odio la supresión de lo que queda de justicia. Es un pueblo alienado, es un pueblo perverso,  es  el imperio de la ruindad. Es un distrito petrolero…


 Las relaciones de producción son tan comunes, tan cotidianas, que  algunas escenas pueden llegar  al hastío: El propietario de la petrolera maneja todos los hilos del poder, como habría de suponerse, toda la administración pública es corrupta, como habría de suponerse, los bancos se inflan de orgullo con la plata de los pobres, como habría de suponerse,  los usureros pululan  succionando la sangre anémica de los expoliados, como habría de suponerse, los negros son blanco del odio racista, como habría de suponerse, las esposas de los puestos burocráticos medios son arribistas y detestan a sus maridos, como habría de suponerse, todo el pueblo es alcohólico, como habría de suponerse, la juventud vive los acontecimientos de moda, viendo injusticias, sin inmutarse, como habría de suponerse, todos tienen un deseo insaciable de violencia sin fin, como habría de suponerse.


 
Es el capitalismo, es el Estado de Derecho, es la democracia demo liberal, donde cada cual  sabe ocupar su puesto, los de arriba, arriba, los de abajo, abajo, y los demás en el medio, unos tratando de alcanzar a los de arriba y otros pisoteando a los de abajo, y en línea transversal, el lumpen, degradándolo todo. mientras unos adulan a los poderosos, una mujer ( Jane Fonda) huye con sus dos amantes…huyen de la jauría...

 
 
 Es una historia de clases, contrarias, no cabe duda; en este filme el paradigma Marxiano es incontrovertible, pero son clases sin conciencia; clases que no han entrevisto la necesidad de  vivir con dignidad. Es una sociedad descompuesta, neurótica e histérica, vil…

 
 
 
 
 Ellos buscarán liberarse de sus almas putrefactas, querrán purificarse, purgar sus culpas infernales,  pero no  servirán a la sociedad, no obrarán conforme a un  ideal de justicia, igualdad y solidaridad. No; ellos desatarán el infierno  mismo contra los justos; el pueblo arderá, una lluvia de fuego caerá, pero en esta ocasión no será Dios quien la envíe, será una borrachera demencial la encargada de  catapultar  las bolas de candela. Es una escena inolvidable.

 
 
 
 
 
 Es una descomunal proyección social- en su acepción psicológica- todos, capitalistas, trabajadores, funcionarios y marginados se unen espontáneamente  para acabar con cualquier atisbo de verdad, de honestidad. Ven sus perversiones en los cuerpos de dos hombres justos: un inocente presidiario en fuga y un comisario que se empeña en proteger su vida, y en hacer saber  que su conciencia no tiene precio. En términos más coloquiales, la proyección consiste en  “ver la paja en el ojo ajeno”. El odio dirigido hacia los justos  se torna en un ritual exorcista, que no en vano, deviene en orgiástico carnaval, en un rutilante triunfo de la muerte sobre  los valores humanos. Sus  almas podrán descansar en paz.

 
 
 El guión torna explícitos los desmanes del capitalismo, y el oprobio del “american way of life”. El sueño americano se transforma en pesadilla y todo cuanto de  ominoso existe en la ideología burguesa, se pone al descubierto. Resultan muy similares los personajes, las situaciones y el trasfondo a lo narrado por el escritor norteamericano WILLIAM FAULKNER, en su obra “SANTUARIO”; en ésta novela, los mártires son un abogado honesto y un presidiario inocente, y  tal como sucede en “The Chase” el pueblo quiere “quemar”  la inocencia, y desmoralizar al justo.

 
 
 Pero, con todo, la cinematografía  y el desarrollo del guión no son tan frenéticos como cabría suponer. Es una película de personajes, y tal vez por ello, el director se toma su tiempo para exponerlos de forma serena, jugando un poco con la rutina.


 

 
Sin duda, esta joya cinematográfica de los años 60 del siglo XX, ha sido infravalorada  por los críticos de la historia del cine, porque ni siquiera brilla en los prontuarios de hazañas de Marlon Brando, quizás porque pertenezca a ese período en el que -se dice- el rebelde se negaba a actuar bien.
País: EEUU
Año: 1966

domingo, 22 de marzo de 2009

LA HABITACIÓN DEL HIJO

El duelo, suceso inefable
Imaginemos un ritmo de vida estable, equilibrado; imaginemos un profesional en ascenso sostenido, acomodado y sin embargo desprovisto de ambiciones desmedidas, con un buen trabajo, una familia casi ejemplar, unos hijos queridos y querendones y una mujer amorosa, comprensiva, leal , alentadora, inteligente y buen sexo. Un buen hombre. Imaginemos que el profesional goza de buena reputación en su localidad y que tiene prestigio profesional. Imaginemos que es Psicólogo, y que además es un psicólogo serio, honesto, responsable y comprometido fuertemente con la cura de sus pacientes, o por lo menos con la atenuación progresiva de sus malestares emocionales. Imaginemos que esos pacientes han depositado su total confianza en el Doctor, que creen en él, no sin razón, y que se ven reflejados en el limpio espejo del mismo, que su imagen no se devuelve fragmentada, sino completa, inescindible, como la figura de un padre contra el cual no se pudiera proyectar nada; imaginemos que hay amorosa transferencia entre los pacientes y el psicólogo, que los primeros se sienten abrazados, respetados, y protegidos en cada sesión.

Ahora imaginemos lo imprevisible, que un hijo del Doctor muere en un misterioso accidente acuático, y que toda la seguridad de su mundo estable se empieza a derruir. Todo marchaba bien en su vida hasta ese momento, sin excesos. Ahora es probable que ocurra un tsunami emocional en la vida del Doctor, en su entorno emocional , profesional y laboral. Él, tan seguro y mesurado, tan solidario con sus pacientes adoloridos, ahora no sabe como paliar su propio dolor psíquico, no sabe cómo sobrellevar el duelo, no sabe cómo evitar la habitación de su hijo, vacía, lúgubre, irracional, mortal... la unidad familiar se fragmenta, todos están permanentemente irritables, pero sus pacientes siguen confiando en él. Dependen de él, afectivamente están fuertemente vinculados a él, quizás el doctor no ha sabido manejar la transferencia, la entrega del mundo afectivo, del mundo infantil a él. Muy consecuente con su ética, trata de sobreponerse a su dolor, para continuar con sus terapia, pero impotente, siente como su punto de ebullición se acerca, hasta que su ser- profesional es invadido por su ser-hombre, y sus emociones comprimidas no tardan en estallar. Es un buen hombre y un psicólogo serio y consecuente, de esos que tanto faltan, pero ahora amenazan las convulsiones, y su ética se hace pedazos. Sus pacientes se convierten en objeto de odio y fuente de desesperación; ya no los soporta. Trata de abandonar sus labores, pero una serie de hombres y mujeres desvalidos afectivamente, desatan sus histerias y neurosis para impedir que los deje; le suplican su presencia horaria, y ésto incomoda al Doctor; su familia- los restos del sismo- también le fastidia, su mundo se derrumba y él quiere huir, pero está atado a su vida de padre. Las culpas lo fulminan, se siente responsable de la muerte de su hijo, pero traslada la responsabilidad a uno de sus pacientes. Sucedió así: padre e hijo llevaban una relación loable, el padre se había comprometido a acompañar a su hijo en una jornada deportiva - juntos solían hacer deporte y así fortalecían su relación- ; el Doctor recibe una angustiosa llamada de uno de sus pacientes y frente al dilema, decide incumplir la cita al hijo e ir con el paciente. El paciente relata su drama mientras su hijo muere. ¿es responsable el paciente?, ¿su compromiso profesional ? ¿ su personalidad equilibrada? ¿ quién en suma dejó que su hijo amado falleciera? La muerte se alza victoriosa, y el Doctor quisiera asimilarla a guiso de cataclismo, aunque llegará aceptarla con la suavidad del thanatos. Una novia del hijo aparecerá para incrementar el caos y reparar el orden al final. El Duelo comienza a ceder...


Es una historia dolorosamente humana, un sitio común en la desventura, narrado con un extraño respeto hacia el dolor ajeno, hacia la fragilidad de los sentimientos. Somos vulnerables, a qué empeñarnos en ser indestructibles, en escapar al sufrimiento, en construir castillos de seguridad, de poder o de miedos, si la muerte es parte ineludible de nuestras vidas, si de todas maneras va a ocurrir.
Y los miedos y la seguridad nos son expendidos como parte de la cesta familiar; el miedo a morir, el miedo a vivir, el miedo a ser libre, la comodidad de ser esclavo. Una vida sin angustias, una vida regida por psiquiatras y fármacos...

Ficha Técnica:
Título original: La Stanza del Figlio
País. Italia
Año: 2001
Dirección : Nanni Moretti
Intérpretes:
Nanni Moretti
Laura Morante
Jasmine Trinca
Giuseppe Sanfelice
Sofia Vigliar
Renato Scarpa
Roberto Nobile
Paolo De Vita
Roberto de Francesco
Claudio Santamaría
Antonio Petrocelli

Escenas







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