domingo, 27 de septiembre de 2009

PADRE E HIJO

Tan prolija como desconcertante; así se arma esta otra joya artística de Alexander Sokurov. Su logrado trascendentalismo, esta vez campea en los subterráneos de una relación filial; la unión de un padre con su hijo, personificada, con vida propia, se alza como conductora y protagonista de esa indagación metafísica que resulta ser el guión. La narración fanstasmal es  la fuerza propulsora de la belleza escénica y fotográfica, como en otros  films pulidos en  preciosismo del megalómano director. Los tonos ocre de la fotografía suman razones para sentirse extasiado con la fuerza estética de la película; con la contemplación de un oficio estético que sublima , que invita a trasegar por unos sentidos al borde de la santificación. Otra cosa son las pulsiones, cuyo laberinto vertiginoso  se intenta también tornar  sublime. Los lazos afectivos  de padre e hijo son  tan férreos y cálidos que en múltiples escenas  en las que éstos se prodigan una suerte  de irrebatible e inmortal amor, llegan a provocar otra suerte de rebatibles sospechas sobre límites morales-sexuales-culturales transgredidos. El padre, un sujeto atlético y bien parecido, protege a su hijo, que orbita la mayoría de edad, sobremanera; ambos juegan, ambos se lanzan miradas de aguda complicidad, ambos quisieran inmortalizar sus abrazos y caricias. A menudo funden sus cuerpos de olimpiada en prolongados abrazos surcados por lágrimas y besos dilatados, al tenor de la magistral música compuesta por Andrey Sigle; sin duda hay un culto al cuerpo, una fórmula tal vez exhibicionista, que sin embargo se adivina  más que como artilugio, como un alegato en favor de la sensualidad mostrada entre padre e hijo. Empero  en los viejos edifcios  en que se tramitan los aconteceres que fundan  el film, no hay lugar a errores; Sokurov no incurre en desmanes azarosos, quizás sea este el elemento más criticable en su cine: su perfeccionismo descollante aunado a sus excelsas pretensiones estilísticas. Así que la sensualidad, está planificada como ese no ser sexual, como ese instersticio que impide a Padre e Hijo  desbordar su sentimientos, sus afectos, en suma sus actos de entrega.

"El amor de un padre crucifica y un hijo que ama se deja crucificar"

La pulsiones eróticas de estos modelos  que el Director talla con cuidado detalle, son innegables, pero dudo mucho que a él le guste esta mirada, porque siempre intenta  brindarle existencia independiente y perpetua a las sensaciones. Es un artista apologético y conservador, en sus obras no hay tiempo medible, no hay instituciones  a criticar, todos los recorridos de la cámara sólo delatan el sino vaporoso de su majestuosos campos donde la acción queda inhibida por lo absoluto. En Padre e Hijo, ese absoulto es el amor filial, que sin embargo  halla sus propias fronteras, más bien las contruye, so pena de contrariar un orden armonioso y eterno, evidenciado en la espiritualidad. Esta es una espiritualidad que pugna con lo animal, es decir con lo perecedero, con lo mortal.

Algunos podrán precisar que entre líneas, esta historia aborda de manera habilidosa, los menesteres de una convivencia homoerótica, pero tal vez el Director replicaría que el erotismo es esencial , que se encuentra en el aire y que desciende del éter ...palabras puestas en la boca de un cineasta que ciertamente constituyen un abuso por parte de quien escribe, pero que explicarían por qué ese más allá de la ternura entre los personajes principales aparece rodeado por ese halo de incuestionable legitimidad; por esa  empalizada que dota de inmudidad  la idealización de dos modelos, si no para seguir, sí para mostrar en prestigiosos festivales de cine.
La enamorada del Hijo por minutos templa la película, señalando las tentaciones de ruptura entre Padre e Hijo: la partida de éste, y cierta culpa que sobre él se cierne al considerar su acto de independencia como una resolución de abandono y desagradecimiento. Para el padre, las intentonas de despedidas se le aparecen como la pérdida de su fuego interno, ese fuego que le permite juguetear con su hijo en los aires de una antigua azotea.
En un extremo intrincado en la mística relación paterno filial, aparece un joven  afanoso en su misión personal por hallar sus orígenes; es un hijo sin padre, que al buscarlo por doquier, denota las fátigas anímicas que puede soportar un hombre si en su imaginario no ha existido la figura de un Padre o más aún,  si lo que ha   se ha experimentado es precisamente la carencia de ese amor etéreo,consagrado, enérgico y  entregado.
"Sí, tú tienes un padre.Pero ni siquiera te envidio"

Habría lugar para las miradas psicoanalíticas del filme, porque con toda su atemporalidad  y con toda la ausencia de contextos y marcos referenciales , es evidente un curso onírico en la narración y en la fotografía, además del  relato psíquico  en torno al amor por el padre, que bien podría brindarnos el Hijo; pero que bien o mal, no lo hace.

Aunque hay líbido por todos los rincones de la casa de Padre e hijo, por todos los campos, por todos los lugares , aunque los mal pensantes observen y anoten encuentros lascivos entre los personajes; aunque  se puede organizar un congreso internacional de psicoanálisis en torno a esta película...en fin, aunque  tanto amor apasionado resulte por lo menos inquietante y por lo más perverso, Sokurov  nos narra el cuento de lo sublime sin dinámica psíquica , de lo inmutable, de lo eterno, haciendo probable que el espectador le crea...y es esto todo un lío: creerle a la magnificencia idealista de Sokurov,  y aparte , no sentirse  aturdido por tanto esplendor , es por lo menos un motivo de resaca moral para cualquier mente abierta. Pero ese grandilocuente Director  muchas veces lo logra, y eso per se, es un motivo de honda preocupación para quienes nos jactamos de seguir  a Lars Von Trier, a Haneke, a Vinterberg, etc. y de poner en nuestras listas personales a "FESTEN"  entre los primeros lugares.

Habrá que perdonar a Sokurov por hacer un cine tan bello; se podrá hacer si se recuerda que Dostoievsky dijo alguna vez que el alma Rusa es tan vasta como sus tierras...

Escenas

Trailer
Ficha técnica:
País: Rusia
Año:2003
Director: Alexandr sokurov
 Otra película de Sokurov: EL ARCA RUSA
Guión: Sergey Potevalov
Música: Andrey Sigle
Fotografía: Alexandr Burov
Raparto: Alexandr Rasbash
Andrej Shetinin
Alexei Nejmyshev
Martina Zasukhina
Fedor Lavrov

jueves, 3 de septiembre de 2009

ILUMINADOS POR EL FUEGO

“Al comenzar a
rodar, 290 veteranos
se habían quitado la
vida. Hoy, la lista
llega a los 320”
TRISTÁN BAUER
Película argentina que entre sus temas aborda: conflictos emocionales generados por la guerra de las Malvinas, las inhumanas maniobras de la dictadura para exacerbar el patrioterismo como forma de control social y sencillamente, la amistad como forma de supervivencia.
Un excombatiente de la guerra de las Malvinas, perseguido por recuerdos ominosos de la misma, como todos los soldados, se enfrenta a las imágenes del conflicto con los ingleses, latentes a través de un amigo suyo, compañero de armas y de horrores, en su lecho de muerte. A Esteban no le va tan mal, ahora es periodista y ha sido capaz de sufrir su dolor sin autodestruirse; la mayoría no corrió con la misma suerte: muchos, alterados por los traumas de las Malvinas, se desenamoraron de la angustia por la vía del suicidio.
Esteban, el personaje principal, interpretado correctamente por Gastón Pauls, lo precisa: “Se habían suicidado más de 290 ex combatientes. La cifra de soldados suicidas se equiparaba con la de muertos en la isla durante la guerra. Me llamaba la atención algunas fotos publicadas en la prensa amarilla. Allí aparecían los rostros y cuerpos con la marca del suicidio”. La crueldad de la guerra se insertó en las almas de los partícipes a manera de trauma y el Estado que los obligó a convivir con la muerte, los abandonó a su terrible agonía; tema recurrente en varias películas, lugar común tratado desde variadas ópticas. Aquí la particularidad está dada porque los jóvenes soldados que combatieron, son víctimas no tanto del ejército enemigo sino de su propios “padres” patrios, perversos agentes encarnados en la figura de los mandos militares que condujeron las tropas argentinas hacia el desastre de la guerra de las Malvinas.
En su texto “Derechos Humanos y Psicoanálisis”, MARCELO VIÑAR anota en torno a las consecuencias anímicas de episodios sociales violentos que:
llaman “trauma puro” a la desorganización psíquica producida por la violencia del acontecimiento que al principio se produce por una angustia masiva, una experiencia apenas comunicable, porque la confianza en el otro está destruida y el interior es desolación y desconsuelo.


Algo similar han debido experimentar los soldados de las Malvinas a su retorno a suelo continental. “Imaginé que nos recibirían como a héroes, con pasacalles y vítores, pero sólo me esperaba el ladrido de un perro y el abrazo de mi madre”, dice Esteban, el personaje principal.


Pero también hubo resistencia, lucha contra esa post-guerra; “el suicidio es el acto mediante el cual se liquida simbólicamente al adversario” sugirió alguna vez el filósofo colombiano marxista- psicoanalista ESTANISLAO ZULETA, y así parecieran conducirse los adolescentes héroes de su Patria (con P mayúscula pero sin tierra ni nación). Los adversarios reales no eran de otro país, empero. Los enemigos intentaron maquinizarlos, despojándolos de sus sustancia humana; quisieron que fueran inmunes al frío, al terror de las lomas iluminadas por el fuego de las bombas soltadas por el ejército contrario, inmunes a la amistad, al sentimiento.
Los enemigos se disfrazaron de padres, padres de la patria, de una patria espuria a la que no podían pertenecer ni mucho menos defender los hijos de una Argentina ultrajada, en suma, de una patria inexistente que poco antes había vitoreado a sus primeros campeones mundiales de fútbol ( 1978), un éxito que inflamó ese patrioterismo falaz ( y cuál no lo es), pero que negó las lágrimas, las velas, las marchas, los reclamos de justicia, por sus desaparecidos, ultimados, torturados, lanzados desde los aviones en alta mar.
No eran padres, eran perversos padrastros, y era a ellos, a los dictadores a quienes se vencía mientras los muchachos labraban su suicidio. Era una manera de rendir tributo a su resistencia sin saberlo quizás. Resistieron al individualismo, a la egolatría, al terror de Estado, a la mentira, a la ignominia...
Esteban, un compañero muerto en combate y otro que dejaba su historia en un hospital años después de la guerra, se protegieron, se buscaron, afirmaron cada uno su ser en “el otro”, se dolieron mutuamente, y en esa medida triunfaron contra la patria despótica que sin desearlo representaban.
Nada de lo anterior lo precisa el film; todo lo anterior se huele en el último adiós de Esteban a su amigo en la cama de hospital – adiós menos dramático de lo que cabría-; se intuye en la desesperación de Esteban ante la amputación de una pierna a su compañero en las Malvinas, en su confusión ante los gritos de dolor que se siguen agitando en su serena, o tal vez parca actualidad... Se vive en el cementerio de las Malvinas, el que osó visitar a costa de su llanto en la trinchera, ahora como periodista, nunca como militar, siempre como humano. Inolvidable escena.
Iluminados por el Fuego no es una película sobre guerra, no es tampoco una buena película sobre la complejidad de un conflicto bélico, ni siquiera es una película sobre los traumas post-guerra, pase Stone. Toca todos estos tópicos, pero realmente es, en esencia, un drama sobre la amistad, un alegato de fraternidad, una demostración del poder de la solidaridad, no entre compatriotas, sino entre “otros”. Sin “el otro”, sin “lo otro” no se puede existir; el “otro” es condición sine qua non de mi propia razón, de mi propio sentido, de mi propia existencia.
También es factible especular, o al menos intuir, la prolongación de la guerra en tiempos de paz. La guerra constante se vive en una dictadura fascista. La guerra necesaria para que los intereses anti populares que orquestaron la tiranía se perpetúen en forma de miedo, en forma de alienación, en forma de falacias. Para que la clase dominarte domine en paz, las masas deben soportar el peso de la guerra. Se trata de lo que en teoría fascista se denomina “arkanas y simulacras”; el juego de la dominación psíquica, social y cultural para mantener a los pueblos adormecidos, aletargados, sin capacidad de respuesta, con la voluntad resquebrajada, con su conciencia enajenada, con su dignidad hecha pedazos.
Como se expresa en la banda sonora: “en un país enfermo, todas las cartas sobre la mesa, jugamos juegos perversos entre fútbol y guerra...” fútbol y guerra que exaltan una dignidad nacional prefabricada, que exacerban un fantasmagórico patriotismo, que enseñan a temer, que enseñan a odiar.( aclaro, me gusta el fútbol)
La guerra cotidiana de la dictadura argentina condenó a una tortura permanente a los ex combatientes; ellos fueron sumados a los miles de torturados y desaparecidos por el fascismo imperialista. La tortura psíquica tenía que terminar a manos de quienes la soportaban, el Estado no les iba a paliar el mal. Y desaparecieron. 290 excombatientes desaparecieron, como los hijos de las madres de la plaza de mayo. Desaparecieron de la memoria colectiva, de las páginas de la historia, se inmolaron. Pero de ellos no se hablaba; su sufrimiento no fue escrito ni cuando el liberalismo se remozó en la cándida democracia de Alfonsín.
290 excombatientes argentinos en la guerra de las Malvinas fueron borrados de la historia, y he aquí la trascendencia de la película: nos los dibuja de nuevo, los revive, nos da unos sorbos de memoria latinoamericana.
Lo hasta aquí escrito es un más allá del guión, es tal vez , una abusiva excavación de las secuencias, porque la película nos presenta únicamente un pasado y un presente, un tenue flashback, una guerra y su recuerdo, narrados con un dejo de sobriedad, evitando en lo posible el patetismo que necesariamente irriga cualquier film sobre guerras.
TRAILER

Las secuencias bélicas, los aviones lanzando bombas, los soldados argentinos muriéndose de frío y de terror, las ovejas corriendo por la pradera, los atropellos de los mandos, la tortura militar, todo esto, constituye un sólido experimento cinematográfico, donde la fotografía se alza victoriosa, como infundiendo ánimo a los personajes. Una cálida frialdad -hileras de fogonazos en frío- neutraliza las escenas de los bombardeos y gratifica la vista del espectador. El presente, sin embargo, se presenta aún más desolador; no hay fuego que ilumine el hospital donde Esteban se separa definitivamente de su amigo; desde allí viaja al encuentro de su batallón enterrado en las Malvinas, donde hallará su trinchera de dolor.
Inevitable también resulta hacer mención de la banda sonora, tan ajustada al film que quizás no se pueda prescindir de la misma. Destaca la memorable canción “Para la Vida” interpretada por el crítico cantautor León Gieco.

Iluminados por el Fuego es un film de elegante sencillez; es una excusa para hablar de algo que no todos conocemos, de algo desaparecido, de una desaparición forzosa: la post-guerra en la psique de los excombatientes argentinos y la resurrección de su memoria.. Es en cierta forma, una película redentora...

sábado, 18 de abril de 2009

SMOKING_ROOM


SMOKING ROOM
..Por El derecho a fumar

“…tu marginación es esto…fascismo, fascismo”
Una nueva normativa de una sucursal española de una corporación gringa prohíbe fumar cigarrillos dentro de sus instalaciones; de inmediato, varios funcionarios, cuya vida es consumida por la empresa, inician una “conspiración” para revertir la medida, pero las tácticas sutiles de represión corporativa no tardan en ser dirigidas contra ellos, y la lucha por el derecho a fumar se ve de pronto diluida por la inconsecuencia de los fumadores. Sus vidas insatisfactorias se cruzan en el camino de la defensa de sus intereses. Sólo uno de los peticionarios permanece en pie; tendrá que continuar sus disertantes fumatas en la azotea, marginado, estigmatizado y sobre todo: derrotado.
La reivindicación implícita en la película no es sencillamente la validación de un espacio para fumar sin tener que congelarse en la azotea del edificio. Es una lucha para nada risible que denuncia y exige. Denuncia la desestructuración y atomización sindical y social bajo las formas neoliberales; el modelo no es sólo económico; también comporta el componente ideológico y el sustrato cultural necesarios para soportarlos. Los cambios en los espacios físicos de las corporaciones denotan también, un medio represivo tan eficaz (para los de arriba) como las normas restrictivas y de exclusión. Y los profesionales exigen:

“Estamos pidiendo una sala de dos metros cuadrados…estás pidiendo que respeten nuestra cultura”

El neoliberalismo es en esencia, una revolución cultural conservadora tras formas y rituales futuristas. La prohibición de fumar, encubre tras una profiláctica medida para cuidar la salud, la prohibición misma del derecho a reunión, la libertad de circulación, de expresión, y hasta de pensamiento; y etcétera. Necesitan autómatas, y por eso los espacios han de propiciar el máximo de individualismo posible; fragmentado, un colectivo es una suma de sujetos indefensos, maleables y al 200% explotables.
Nuestros personajes no son obreros rasos, son burócratas en mandos medios, profesionales, pensantes, con el perfil necesario para ejercer sus carreras con libertad y holgura; la empresa los despoja de esa autonomía y les ofrece las comodidades del tecnócrata, buenos salarios y cierto status social quizás, sin embargo ellos venden sus conocimientos como fuerza de trabajo y por ello se transmutan en obreros. Son obreros profesionales. En el plano real, las grandes corporaciones ya no ofrecen empleos; “reclutan” profesionales - valga el término militar-. Ya no convocan a jornadas de inserción laboral sino a campañas de reclutamiento, literalmente; así las llaman; luego el profesional-obrero acepta el sometimiento acrítico de su voluntad a un reglamento estricto, militar… esto es, fascismo corporativo.
Demasiada realidad, volvamos a la película. En ella no se lucha por mejoras salariales, ni por el respeto a una convención colectiva del trabajo, ni por las prestaciones sociales ni por la estabilidad laboral. En la empresa “conspiran” por algo tan aparentemente exiguo, pero culturalmente relevante como un cuarto para fumar. Los funcionarios quieren seguir siendo buenos compañeros, de pronto buenos amigos, quieren narrarse recíprocamente sus cuitas, sus líos familiares, sus desalientos, o criticar el nivel de exigencia laboral que los hace candidatos a ser jugueticos de psiquiatras. Quieren mitigar su nerviosidad, quieren sustraerse a la esclavitud corporativa, quieren en suma, un lugar para ellos, donde no sean vigilados, por el tiempo que mide un cigarro desde que se enciende hasta que deja volver los nervios, y eso los convierte en conspiradores ante los ojos de los directivos.

“Ellos saben hasta el color de los calzoncillos que estamos usando en estos momentos”
“Estamos viviendo en un mundo de locos, lo normal no es lo normal”
“Nadie conoce a nadie… es una cuestión que notas, que hueles…”

El ineludible miedo también se cuece a fuego lento, y sin macanas ni verdes persiguiendo; se instala cómodamente en el laberinto emocional de los personajes. El miedo lleva a todos los marginados dentro de los propios muros de la empresa a destrozarse entre sí. El miedo hace parte de esa dinámica cultural corporativa y se cubre de una falsa confianza de los altos ejecutivos hacia sus subalternos. Y hay mucho miedo, hasta para exigir algo tan sencillo; hoy día produce tanta nerviosidad pedir un cuarto para fumar como si antaño se planease la toma de la empresa, hacerse con su control.
“¿tú has estado asustado alguna vez de ti mismo?”
Pese a todo, al debilitamiento de la resistencia política, al derrumbe de las oposiciones culturales, un aliento que parece ser consustancial al ser humano, logra filtrarse por los intersticios de la opresión y la exclusión corporativa ¿será un tenue halo de sustancia histórica de la humanidad? ¿Un invencible valor universal natural? ¿Instantes pletóricos de vaga pero significativa dignidad? Lo que sea no es suficiente; el miedo y los narcisismos inducidos son más persuasivos.


“Primero soy persona, no soy doctor”
“Soy más viejo yo que las normativas”*


Por lo que se puede leer, cabe imaginar una película con tonalidades grisáceas y con atmósferas terroríficas, pero no es así; porque el miedo corporativo está forrado, así la obra también forra el miedo, no lo deifica tampoco, lo muestra tal como se produce en la realidad.
Es un filme con narración cotidiana y situaciones espontáneas que permiten actuaciones excelentes, encarnando a personajes creíbles. A ello se añade unos primerísimos planos de los rostros de los personajes que captan hasta los poros por donde se filtra la angustia; las facciones surcadas por los temores, el hastío en un apenas perceptible gesto, el nuevo modelo cultural, las nuevas leyes de mercado que no han respetado los alegatos de dignidad desprendidos de los hoyuelos de las narices que respiran con agitación. La cámaras se mueven al ritmo de los personajes, de forma vacilante y sin precisiones estilísticas - a lo Dogma-.Música sólo al final. Efectos de sonido: casi ninguno. Guión: deleitoso. Acción: Dialógica mas no plana, ni lineal.
*Hasta aquí, lo entre comillas son fragmentos de diálogos de las película

Trailer


PD: En Colombia una normativa del Ministerio de protección social prohíbe fumar en sitios públicos, en todo el territorio nacional. La medida ha contado con el beneplácito tácito de la población bajo la mampara de la salud pública. Si les interesara mucho el derecho a la salud, ésta no estaría en manos de empresas comerciales, ni permitirían los paseos de la muerte: una práctica siniestra que consiste en la negativa de hospitalización a un paciente grave de manera sucesiva en varias clínica y hospitales; el paciente, desde luego, muere. Tampoco se morirían los niños por desnutrición, habría empleo y viviendas dignas para todos, y un buen etcétera. No habría tanta polución, ni contaminación auditiva y visual. En cambio hay un apartheid contra el fumador, una estigmatización que no demoran en camuflar como trastorno psicológico grave y particular en el Manual de Enfermedades Psiquiátricas de la Agencia Psiquiátrica Norteamericana (DSM); Por ahora, para los tecnócratas antisépticos y los funcionarillos con un pelo de autoridad, fumar puede resultar todo un “oso” (acto ridículo en que se puede incurrir, según la gente “de bien”). Prefería a los burócratas viciosos, bebedores indeclinables de cerveza, de modales adustos, porque ellos al menos no fingían que estaban sirviendo a la sociedad.
PD 2: ( texto literario)
Darcy se rió todo el tiempo, pero me confesó que lo jodía la idea de no volver a fumar.
-Es grave, no? Yo, que fumaba cinco paquetes.
-Sabés lo que descubrí? -me dijo-. Que en realidad uno hace todas las cosas por el placer de fumar. ¿Para qué se mete uno en el mar? ¿Para qué charla uno con los amigos? ¿Para qué lee uno? ¿Para qué escribe? ¿Para qué hace uno el amor?
-El goce está en el cigarrillo -decía-. La ceremonia es esa.
Y se reía.

Tomado de:
Eduardo Galeano, Días y noches de amor y de guerra


jueves, 2 de abril de 2009

AL OTRO LADO DEL TÚNEL

...Faltó seducción

Dos Escritores, uno viejo y uno joven, llegan a un hotel-monasterio para escribir un guión de cine, con la serenidad y tranquilidad que necesitan. Escribirán a dos manos, bajo  la presión de tener que entregar el guión en pocas semanas a la productora.  Todo marcha bien, hasta  que en una de las caminatas creativas que daban los escritores por los bosques  que rodean el recinto religioso aparece una mujer que termina por robarles la calma. Los tres personajes terminaran sumiendo sus personalidades en la ficción del guión encargado.
Resulta particularmente difícil emitir un juicio alrededor de este filme, pues, muy a pesar que a leguas se huele  un guión bien construido, el desarrollo cinematográfico es muy voluble. La primera hora presenta la  estrecha relación entre los dos guionistas y las variaciones que produce la estancia en el monasterio, pero  las situaciones son tan calmas, que no parecieran introducir el conflicto pasional que centrará la historia; quizás en parte por el humor soso de los monjes que comienzan a  especular sobre la temática de la película que se ha comenzado a inventar dentro del claustro. Demasiada ternura para un lugar tan fantasmagórico, donde se supone que las almas del viejo y el joven habrían de empezar  a descentrarse; quizás  querían restarle sordidez a un escenario tan lúgubre, pero quien escribe  hubiera pedido lo contrario.
El filme cambia de locación en la segunda  parte  para escenificar el mundo de la chica inquietante que  ya ha logrado  la atención virulenta de sus futuros huéspedes; es la mejor parte, se mezcla una atmósfera cautivante por la suma de leyendas fantasmales con la sensualidad de un triángulo amoroso, que  desorienta aún más a los escritores (personajes). Los acercamientos mutan drásticamente en juegos eróticos  que de a poco van entrelazándose con la ficción estructurada por los dos protagonistas  como guión de una película  que de tanto desvanecerse se convierte en realidad.
El argumento cinematográfico ideado por los protagonistas de esta película se escenifica en Escocia, y trata sobre dos pianistas, -maestro y aprendiz- y una joven enigmática que a ambos enamora. Por una extraña razón, la mujer  suplica al músico viejo que le de muerte y éste  podría acceder a tan dramática exigencia…  ésto también podría ocurrir en la realidad de los personajes de nuestra película, sin embargo, no de manera tan bizarra. Los personajes-empero - no llegan a transmitir el aura de misterio necesaria para que la historia atrape; en ellos el tono es un tanto desapasionado, casi aséptico, no se  hace notorios los tambaleos de sus personalidades, en suma, no tienen fuerza dramática suficiente…no hay libido.
Impecable en cambio es la dirección de arte, que logra unas cuantas escenas matizadas de claroscuros, que informan al espectador  sobre situaciones lujuriosas y al tiempo poéticas; la fotografía  neutraliza las debilidades de las actuaciones- que no son siempre débiles-,  aunque por momentos no pareciera ofrecer más que un decoroso estilo de tele film. También se cuenta con buenos diálogos y una línea argumental  vívida, pero hay algo que no seduce. Tal vez se quiso cuidar la entereza moral de los  dos personajes protagónicos,  su amistad limpia e indestructible- en varias escenas  sus manos estrechadas en señal de amistad imperecedera aparecen en primerísimos planos- ; tal vez se quiso proponer  los comportamientos de dos hombres maduros y  templados, tal vez se pensó mucho, y se concretó poco. Pero tal vez debieron entrever que las pugnas entre dos amigos por la pasión de una mujer, en pantalla debe ser más agresiva y menos  límpida… más VITAL!  En todo caso se debió jugar más con el aspecto psíquico del triángulo, aprovechando la diferencia  de edades entre el maestro y su colaborador; tal situación permitía extrapolar  la relación padre-hijo, en relación a su objeto de deseo, echando mano del tabú del padre muerto y la consecuente culpa, vale decir, el contradictorio amor-odio al padre, producido, esta vez  por  las tentaciones de una mujer lasciva…bueno, al respecto  algo se sustrae, pero con fórceps, porque  teniendo un argumento para  perturbar, como que les dio miedo o vergüenza hacerlo. Es una historia seductora que no logra seducir., y eso, en una película sobre el  Amor y la Muerte, es francamente lamentable…
Fiche técnica:
Director: Jaime de Armiñán
País: España
Año: 1994
interpretaciones:
Fernando Rey
Gonzalo Vega
Maribel Verdú

jueves, 26 de marzo de 2009

TEMPORADA DE PATOS

...a mí también ME VALE PITO

¿Qué se puede esperar de esta película? La acción transcurre en un pequeño apartamento de clase media baja, los personajes son tres adolescentes y un repartidor de pizza; el tiempo es un domingo aburridor y el presupuesto es bajísimo.
No se podría esperar mucho de esta película. Y para completar la desesperanza, buena parte de la inspiración temática se extrae de una pintura de escaso valor artístico: una ordinaria lámina de esas que penden de las paredes de miles de viviendas latinas. No resta mucho qué describir: el cuadro contiene uno de los tantos y repetitivos paisajes naturales que de original nada tienen: una lagunita, algunas plantas silvestres y unas cuantas aves surcando el cielo.
Nada que esperar, es aparentemente una película sobre nada, como si cualquier persona tomara sus cámara de video y grabara su aburrimiento y al repartidor de pizza cuando llega a entregar un pedido. Pero los mejores regalos son los que no se esperan y las sorpresas siempre avivan el ánimo, y TEMPORADA DE PATOS, es precisamente eso: una caja sorpresa, que apenas se empieza a desatar, sacude la mente, haciéndola volar hacia paraísos de armonía, paz y libertad, como los pintados en esos cuadros que penden de las paredes de miles de viviendas latinas...
La original propuesta se narra a través de dos adolescentes que rehúsan pagar a un humilde repartidor de pizza el precio del encargo, y de una chica que quiere inquietarlos. Es un domingo monótono, y el fluído eléctrico se va. La pugna entre el repartidor y los muchachos marca el inicio de una provechosa tertulia , que será aderezada por unos suculentos brownies hechos por la chica inquietante. Los brownies contienen un ingrediente "mágico" que a todos desinhibe; los muchachos comienzan a descubrir su sexualidad, y el repartidor, sus sueños reprimidos tras la mampara del sub- empleo.

El repartidor adulto, libre ya de miedos y libre de ropas, ingresa al cuadro con laguna y patos, y desde allí, con serena rebeldía manda "a la mierda" a su jefe. El mundo "vale pito" desde entonces. Para todos es la primera vez: primer beso, primer encuenro con la libertad, primer alucinógeno....Si pudiera poner un subtítulo diría: "una traba muy peculiar" pero el slogan es irrefutable: ¡VALE PITO!
En un reducido apartamento , de una popular unidad residencial, un día cuatros seres comunes y corrientes descubrieron un nuevo mundo. Uno de ellos hasta viajó a él dando unos cuantos pasos, no más. El tedio de un día vacío se convirtió en teatro de operaciones para transgredir algunas prohibiciones sociales: El día dejó de ser normal para dar paso a la Temporada de Patos.
¿Qué nos dio la película? una exquisita cinematografía en blanco y negro que supo retratar lo invisible, lo onírico, mostrando el tedio de manera hilarante en un mundo "adolescente" y que demostró una vez más que el mayor capital para hacer cine, es el ingenio.
Escena

Temporada de patos
Director:
País: México
Año: 2004
Intérpretes:
Enrique Arreola: Ulises
Diego Cataño: Moko
Daniel Miranda: Flama
Danny Perea: Rita

lunes, 23 de marzo de 2009

LA JAURÍA HUMANA


Título Original: THE CHASE
Director:  Arthur Penn



Un comisario (Marlon Brando) y un reo (Robert Redford), dos antagónicos dentro del  sistema carcelario y de orden público, son víctimas de la furia incontenible de los habitantes de su localidad; no es un una furia popular, empero; no se trata de un pueblo alzándose  contra las injusticias sociales; se trata de un pueblo alucinado que pide con consignas de odio la supresión de lo que queda de justicia. Es un pueblo alienado, es un pueblo perverso,  es  el imperio de la ruindad. Es un distrito petrolero…


 Las relaciones de producción son tan comunes, tan cotidianas, que  algunas escenas pueden llegar  al hastío: El propietario de la petrolera maneja todos los hilos del poder, como habría de suponerse, toda la administración pública es corrupta, como habría de suponerse, los bancos se inflan de orgullo con la plata de los pobres, como habría de suponerse,  los usureros pululan  succionando la sangre anémica de los expoliados, como habría de suponerse, los negros son blanco del odio racista, como habría de suponerse, las esposas de los puestos burocráticos medios son arribistas y detestan a sus maridos, como habría de suponerse, todo el pueblo es alcohólico, como habría de suponerse, la juventud vive los acontecimientos de moda, viendo injusticias, sin inmutarse, como habría de suponerse, todos tienen un deseo insaciable de violencia sin fin, como habría de suponerse.


 
Es el capitalismo, es el Estado de Derecho, es la democracia demo liberal, donde cada cual  sabe ocupar su puesto, los de arriba, arriba, los de abajo, abajo, y los demás en el medio, unos tratando de alcanzar a los de arriba y otros pisoteando a los de abajo, y en línea transversal, el lumpen, degradándolo todo. mientras unos adulan a los poderosos, una mujer ( Jane Fonda) huye con sus dos amantes…huyen de la jauría...

 
 
 Es una historia de clases, contrarias, no cabe duda; en este filme el paradigma Marxiano es incontrovertible, pero son clases sin conciencia; clases que no han entrevisto la necesidad de  vivir con dignidad. Es una sociedad descompuesta, neurótica e histérica, vil…

 
 
 
 
 Ellos buscarán liberarse de sus almas putrefactas, querrán purificarse, purgar sus culpas infernales,  pero no  servirán a la sociedad, no obrarán conforme a un  ideal de justicia, igualdad y solidaridad. No; ellos desatarán el infierno  mismo contra los justos; el pueblo arderá, una lluvia de fuego caerá, pero en esta ocasión no será Dios quien la envíe, será una borrachera demencial la encargada de  catapultar  las bolas de candela. Es una escena inolvidable.

 
 
 
 
 
 Es una descomunal proyección social- en su acepción psicológica- todos, capitalistas, trabajadores, funcionarios y marginados se unen espontáneamente  para acabar con cualquier atisbo de verdad, de honestidad. Ven sus perversiones en los cuerpos de dos hombres justos: un inocente presidiario en fuga y un comisario que se empeña en proteger su vida, y en hacer saber  que su conciencia no tiene precio. En términos más coloquiales, la proyección consiste en  “ver la paja en el ojo ajeno”. El odio dirigido hacia los justos  se torna en un ritual exorcista, que no en vano, deviene en orgiástico carnaval, en un rutilante triunfo de la muerte sobre  los valores humanos. Sus  almas podrán descansar en paz.

 
 
 El guión torna explícitos los desmanes del capitalismo, y el oprobio del “american way of life”. El sueño americano se transforma en pesadilla y todo cuanto de  ominoso existe en la ideología burguesa, se pone al descubierto. Resultan muy similares los personajes, las situaciones y el trasfondo a lo narrado por el escritor norteamericano WILLIAM FAULKNER, en su obra “SANTUARIO”; en ésta novela, los mártires son un abogado honesto y un presidiario inocente, y  tal como sucede en “The Chase” el pueblo quiere “quemar”  la inocencia, y desmoralizar al justo.

 
 
 Pero, con todo, la cinematografía  y el desarrollo del guión no son tan frenéticos como cabría suponer. Es una película de personajes, y tal vez por ello, el director se toma su tiempo para exponerlos de forma serena, jugando un poco con la rutina.


 

 
Sin duda, esta joya cinematográfica de los años 60 del siglo XX, ha sido infravalorada  por los críticos de la historia del cine, porque ni siquiera brilla en los prontuarios de hazañas de Marlon Brando, quizás porque pertenezca a ese período en el que -se dice- el rebelde se negaba a actuar bien.
País: EEUU
Año: 1966

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