domingo, 18 de enero de 2009

GALLEGO

Nostalgias de inmigrantes en Cuba

Manuel Ruiz es un joven Gallego cuyo único patrimonio está constituido por los sueños de dejar atrás la pobreza. Como muchos jóvenes y no tan jóvenes llega a la convicción que para logra su propósito también debe dejar atrás su tierra. Se embarca con un único seguro: la incertidumbre. Una carta de recomendación a un conocido residente en la Habana no logra encontrar a su destinatario al desembarcar; un compañero de viaje que se despide al encontrar a sus guías y un negro cargador de bultos con deseos de convertirse en campeón de boxeo serán su ligero aliento en esos días difíciles. Corren los años 20 , y Cuba vive un momento de esplendor comercial; un viejo Gallego le ofrecerá la primera oportunidad al emprendedor Manuel, quien sin embargo, trasteará múltiples desencantos y desamores de regreso a su entrañable Galicia. Pero el reencuentro lo dejará con un frío dentro de sí, que lo hará añorar sus años de primera juventud bajo el abrasador sol cubano. Soplan vientos de guerra, y el Gallego no podrá evitar tomar partido; y lo hace por la libertad y la igualdad, pese a que detesta la política. Pierde y el Caribe nuevamente le ofrece refugio, y esta vez jura triunfar. Al fin logra halla una mujer que no traiciona ni abandona, encuentra el abrazo de sus primeros amigos en la isla: el boxeador que ya ha sido campeón pero ha caído en desgracia, y su par polizón que ha logrado llevar una vida cómoda. Huyendo de la dictadura Franquista se encuentra con otro trago de fascismo; Batista ha dado golpe de Estado, y la cruel represión no se ha dejado esperar. Fiel a su postura de no participar en política, toma partido nuevamente por la libertad y la justicia y aprueba las actividades revolucionarias de su hija mayor , y ve desde su balcón con enorme regocijo el jolgorio juvenil que ha estallado en las calles por el triunfo de la Revolución Cubana. Asiste, honrado y satisfecho a la culminación de una lucha que libró por mantenerse digno en su realización personal. Su amigo boxeador fue asesinado y su amigo Gallego anuncia con un mar de nostalgia su regreso a España. Un pequeño cubano camina de la manos de Manuel por el Malecón de La Habana. Su nieto es la representación de que nada ha sido en vano; pero que a pesar de todo , la felicidad no es completa...atrás quedó su familia, su natal Galicia, su patria ensangrentada pues allí no hubo Revolución...

Una historia conmovedora pero muy similar a muchas sobre inmigrantes. Muy humana, eso sí; el mayor logro del filme no es precisamente recrear el guión cargado de acontecimientos históricos, sino hacer visible los paisajes del alma de un hombre que con suma honradez, gallardía, y entusiasmo por las causas nobles , no conquista el sueño de enriquecerse emigrando de su tierra natal, pero se topa con un tesoro más preciado aún: su serena libertad. Manuel sacudió las cadenas atávicas con su tradicional familia para ir en pos de su construcción como Hombre, como ser autónomo , como ser de entrega , humilde y a la vez fuerte y decidido. Se ocupó en varios oficios de " menor valía" : obrero, carpintero, ayudante en la línea de tranvías, hasta que decidió dar por terminada su cuota de sacrificio y recordó con la mirada retadora que él "no nació para ser criado".
La película no es tan linear e idealista como para dejarlo en actitud contemplativa frente al mar dándole gracias a la vida por respirar los aires salitrosos que remueven sus cabellos curtidos por el tiempo. El viejo Manuel obtiene más allá de su recompensa moral: un negocio propio, que le permite vivir con soltura, después de sortear múltiples inconvenientes económicos. Su amado calor isleño , nunca le permitió apartarse de los placeres amatorios, en cambio le propició la calidez suficiente para entregarse a los otros, a su familia caribeña , a sus amigos y a su Cuba del alma. Fue forastero en su tierra, cuando volvió se sintió lejano, ya Galicia no era " su lugar en el mundo" ( con el permiso de Aristarain), aunque siempre hizo mella en su interior.

Por lo demás, "Gallego" es un filme intimista , que muestra choques culturales y contradicciones de sentimientos a través del personaje principal sin llegar al dramatismo excesivo. Manuel Ruiz se empeña en controlar sus pasiones- arrogándose ciertas licencias- evitando con éxito que éstas se desborden. Con música de Pablo Milanés y de fondo de una escena la inolvidable "Vida" de Benny Moré, se puede sentir el sabor cubano, su iconografía, su sincretismo religioso y su multietnicidad. También se aprecia la riqueza cultural de Galicia, sus pequeñas aldeas, y el ruido de una España en guerra. Planos comunes, lugares comunes en una de tantas obras en las que el tiempo asume posición protagónica, pero que vale la pena ver, por la psicología de los extranjeros en países disímiles culturalmente y por entrever cómo se forja una personalidad - contra toda tesis genética o bioquímica-, influenciada por el medio ambiente, los cambios políticos y sociales, el marco familiar y la búsqueda de un sentido de vida que será hallado allende las fronteras.

El héroe de "Gallego", tan común y tan héroe como todos los que se aventuraron a probar fortuna por rutas desconocidas - y como los que se quedaron en su tradicional Galicia-, se enganchó a una necedad que afincaría el sentido de su existencia: no perjudicar a nadie para conseguir sus fines; el Gallego de la Habana, como en la canción de Rubén Blades, nunca hipotecó su alma, y se hizo ciudadano de dos continentes.

Buena fotografía, un ritmo sostenido - que no monótono- , impecables actuaciones, guión decoroso, son los elementos atractivos de esta buena película que propicia la reflexión serena sobre el hombre en el sigo XX... demasiado serena para muchos, sin dudad, pero hay que darle la oportunidad de ser vista: Gallego.

Ficha técnica:
País: Cuba- España
Año: 1988
Dirección: Manuel Octavio Gómez
Actuaciones:
Sancho Gracia
Jorge Sánz
Manuel Galiana
Linda Mirabal
Alberto Pedro
Leticia Herrera
Rosalía Dans
César Dieguez
Lorenzo Castillo
Cristina Juan
Hilda Oates

sábado, 17 de enero de 2009

KARAKTER

Después de una prolongada ausencia iniciamos este año con mucho "KARAKTER"; sin más disculpas , les deseo un feliz año 2009 , cargado de buen cine y prosperidad.
Ahí va el primer comentario del año:

KARAKTER

Contundente título para una película que consta de:

a) Estética: Se trata de un trabajo con un ritmo sostenido, con tintes melodramáticos y un aura de misterio innecesaria que adquiere ribetes de thriller psicológico. En ocasiones un marcado intimismo rodea la trama al tiempo que se proyecta una gris ciudad europea ( más que holandesa) en lo que podría asumirse como un reflejo realista de entre guerras, con uno que otro comunista unido por un suelto cordón narrativo que parecieran obrar como respuesta al estancamiento moral y económico en medio de una atmósfera angustiante. Lo íntimo, lo social y lo político-jurídico, se abigarran en torno a una explosión de luz y sombras, contrastada por la aparición de sutiles objetos que colorean las tonalidades oscuras de la cinta. No pude evitar fijar mi mirada en una escena de calle y congelar una imagen intrascendente en apariencia para intentar definir conceptualmente el trabajo de Van Diem. Y me dio por escribir una frase pretenciosa de esas que repugnan por su "karakter" ampuloso y porque en realidad no informa nada sobre la historia, ahí va: "la esperanzadora lechuga de un verde luminoso en contraste con las casas y las calles hechas de frío"... A ver si dan con la escena.

b) Personajes: Jacob, Dreverhagen y los demás; el hijo, el padre, la madre, el mentor, el amigo comunista y la chica bella e interesante, y una élite de funcionarios gozosos de no poder ayudar a quien solicita ayuda. Todo un cuadro Dostoievskano en los que la vileza del padre se hace sentir en los tormentos del hijo. Jacob busca forjarse un futuro victorioso pero también una personalidad a prueba de miedos, auxiliado por el desdén de una madre que por supuesto, lo ama, pero que mantiene un ánimo distante frente al inquieto muchacho. Se evidencia la ausencia física del padre en la educación de Jacob, tanto como su ineludible presencia simbólica; el padre -Dreverhaven- es en palabras del mismo Jacob un "agente judicial sin escrúpulos , el verdugo de los pobres", es un hombre vil y despiadado que encuentra hondas satisfacciones en oprimir a los desvalidos y en perseguir a su hijo ( con la exigua justificación de querer formar el carácter de Jacob) y que encuentra su escudo en la Ley , que no es otra cosa que un artilugio de su tiranía. Jacob, de a poco y con la ayuda de los sustitutos del padre ( sus libros, su mentor en la Oficina de abogados y el amigo comunista), ve sus sueños realizados contra todos los obstáculos dispuestos por su padre, logrando convertirse en un prestigioso abogado de una reluciente firma holandesa, sin que pueda llenar sus vacíos ni hacerse con la mujer que lo apasiona. Sólo la muerte del padre descifrará el "sentido" de su magra existencia; para el espectador empero, tal vez el "sentido" no se revele tan liberador...

c) Conclusión: Hermosa y absorbente película, con sórdidos lugares y personajes y discretas (aunque por momentos convulsas) escenas pletóricas de esperanza y ejemplos de superación personal, saturada empero, por situaciones y elementos sin mayor conexión con la línea argumental. Mejor dicho, Van Diem agregó tantos ingredientes a su sopa de lechuga, que al tomarla se perdió el sabor a lechuga. Pero humanamente se comprende, el director pretendió fundar la personalidad del protagonista en acontecimientos totales (sociales, familiares, económicos, políticos, culturales, jurídicos, históricos , etc) desde una clara visión psicoanalítica. Pero contrario a la unidad estructural, la narración fílmica resultó dispersa, tanto que para quien escribe, la crítica no pudo ser menos dispersa.

¿y el Karakter?, Ahí está el conflicto ético: ¿es válido dirigir toda la perversión, todo el sufrimiento, todo el desprecio y abandono hacia alguien para forjar su carácter? Yo digo que no, pero el Director pareciera decir "Si";digo pareciera porque no estoy seguro que lo dice,aunque a fin de cuentas el "karakter" en Jacob aparece como una impronta del sadismo paterno.
POST DATA NEGATIVO: Algunas escenas dejan entrever un aire gótico demasiado expresivo y música excesivamente dramática, tal como si Batman y Robin se aprestaran a irrumpir.
POST DATA POSITIVO: Una frase pronunciada por el abogado mentor de Jacob: "El hombre que no puede aceptar ayuda es un hombre que no tiene nada que ofrecer".

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